"Algunos de los oficiales tucumanos que iban al flanco derecho de nuesta columna de camino, pues íbamos a cuatro de frente, se habían alejado un poco sobre dicho costado, para reconocer los muchos cadáveres que se descubrían en el campo de batalla, cuando uno de los oficiales descubre a los novecientos infantes que Quiroga había dejado en el pueblo, formados en batalla, un poco más adelante, a vanguardia del flanco derecho de los tucumanos'.
"Dicho oficial, en vez de dar aviso al gobernador del descubrimiento que acaba de hacer, corre a mí y me dice:
¡Mi coronel, vea usted la línea de la infantería de Quiroga! y me la indica con su mano; fíjome bien, pues no estaba bien aclarado el día, y reconozco en realidad la línea enemiga".
"Adviértase que cuando esto sucedía la mitad de nuestro ejército o algo más, había descendido al bajo del río, por el noroeste del pueblo. Mi ayudante parte a escape en alcance del general con dicho aviso, cuando dispáranos Quiroga dos cañonazos a bala y hace dar un fuerte viva a sí mismo por toda la línea. Fue tal la sorpresa que los cañonazos y los vivas a Quiroga produjo en los tucumanos, que se precipitaron todos sobre la cerca que llevábamos a la izquierda y se pusieron en fuga".
Mientras Lamadrid trata de contener a sus soldados en fuga, el general Paz advierte que la cola de su columna es atacada y que, en el caso de ser derrotada, envuelta y en desorden como se encuentra, se precipita sobre el resto de la columna, los arrastrará a todos a una caída inevitable, pues "el camino estaba bordeado de cercos por ambos lados y era un verdadero callejón que no dejaba otra escapatoria a los que quisieran huir del enemigo".
Facundo está casi triunfante, después de su tremenda derrota del día anterior, pero, en última instancia, todo depende de que el general Paz no tenga tiempo de tomar algún desesperado dispositivo de defensa.
Frente a cualquier otro adversario, Facundo habría triunfado. No frente a un táctico y estratega de la capacidad luminosa de Paz, quien no vacila un instante frente al peligro:
"Ordené al coronel Pedernera que siguiese con su regimiento hasta salir de lo más estrecho del desfiladero y encontrar un lugar donde pudiese medianamente maniobrar y esperar allí; y a los batallones de infantería 29 y 59 que rompiesen el cerco de la izquierda, entrasen en el cercado, desmontasen y formasen, dejando expedito el camino"...
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