En su libro, afirma que las
misiones salesianas de isla Dawson y Río Grande se habían convertido, desde su
fundación, en un “precedente de los modernos campos de concentración” donde los
indígenas eran retenidos contra su voluntad en un verdadero “holocausto”. ¿Qué
pruebas dan cuenta de que fue así? ¿Qué hechos concretos hubo?
La misión salesiana de Dawson se
estableció en una isla, adonde los kawésqar y los selk’nam eran trasladados
forzosamente, de donde no podían escapar. Se les obligó a vivir en barracones,
a trabajar en el aserradero o como ovejeros y finalmente la mayoría de estas
personas murieron a causa de las deplorables condiciones de vida a las que
fueron sometidos. Durante la dictadura de Pinochet, en esa misma isla, se
instaló un campo de detención de prisioneros políticos, algo que se narra
magistralmente en la película “El botón de nácar” de Patricio Guzman. De la
misión de Río Grande en Tierra del Fuego tampoco era posible escapar, puesto
que estaba rodeada por las estancias de Menéndez y Braun cuyos empleados
disparaban contra aquellos que merodeaban por sus alrededores. Hemos estudiado
los libros de la misión y tenemos contabilizados más de un millar de muertos,
solo sobrevivió el 1%. En los diarios de los religiosos también se deja
constancia de cómo los indígenas trataban una y otra vez de escapar o de cómo
los hombres de Menéndez les daban caza y los mataban.
"Los hechos demuestran que
los religiosos actuaron irresponsablemente, con enorme improvisación, puesto
que ni siquiera tenían un médico para tratar a los enfermos"
Teniendo en cuenta su visión
crítica del rol de los salesianos y anglicanos, entre ellos figuras fuertes
para los patagónicos como son Lucas Bridges, Don Bosco y Giuseppe Fagnano ¿Por
qué cree que se impuso una visión casi romántica de lo que ellos vinieron a
hacer a Tierra del Fuego?
Conocemos la vida de Lucas
Bridges por su propia autobiografía, en la que se presenta como “el amigo de
los indios” pero donde apenas habla de su rol de gran estanciero, con haciendas
en Tierra del Fuego, Chile o incluso África. Estudiando la correspondencia
personal de Bridges, comprobamos que en realidad era muy amigo de los
Menéndez-Behety, responsables de las cacerías contra los selk’nam, con los que
tuvo muchos negocios en común. Giuseppe Fagnano fue el organizador de las
misiones salesianas en la Patagonia y su vida ha sido narrada por los propios
historiadores salesianos, presentándonosla de forma idealizada. La realidad es
que era un hombre profundamente interesado en los asuntos económicos y que
especuló con las tierras de la misión. A pesar de haberlas recibido
gratuitamente de los gobiernos chileno y argentino, cuando los indígenas
murieron por las enfermedades, les vendió las tierras a los grandes
latifundistas, nada menos que a José Menéndez y Mauricio Braun, lo que
constituye un acto reprobable desde todo punto de vista. Esta maniobra se ha
ocultado en los libros de historia, casi nadie sabe lo que pasó con esos
terrenos, y para nosotros fue una sorpresa encontrar los contratos de
compraventa que demostraban la vergonzosa transacción.
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