La historia es la única rama del conocimiento que nos puede decir qué fuimos en el pasado, qué somos en el presente y qué seremos en el futuro.
viernes, 30 de octubre de 2015
lunes, 26 de octubre de 2015
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 7
- 11 de Julio de 1820: Güemes propone a Bustos reunir un Congreso General en Catamarca a efectos de tratar únicamente cuestiones relacionadas con la unidad nacional y la dirección de la guerra contra el enemigo común. El gobernador cordobés preferirá que el proyectado Congreso se reúna en Córdoba y con fines más amplios.
- 2 de Septiembre de 1820: Güemes se dirige al Cabildo de Jujuy, solicita a las damas jujeñas la máxima cooperación en la urgente confección de ropas para la tropa, dado el estado en que ésta se encuentra y la necesidad de partir de inmediato hacia Perú.
- 24 de Mayo de 1821: La mayoría de los miembros del Cabildo de Salta se pronuncian contra Güemes declarando que ha cesado en el cargo de gobernador de la Intendencia. Güemes se encuentra en el sur de la provincia reuniendo fuerzas para enfrentar al gobernador de Tucumán, don Bernabé Araoz.
- 29 de Mayo de 1821 : Güemes retorna a la ciudad de Salta y es aclamado por la mayoría de los salteños. Los revolucionarios se han ocultado o huido hacia el norte, llegando algunos hasta el cuartel general de Olañeta, jefe realista.
- 7 de junio de 1821: Una partida española, comandada por José María Valdés, apodado "el Barbarucho", entra por sorpresa en la ciudad de Salta, produciendo una emboscada, en la que participan los 400 hombres de infantería que conducía el Barbarucho y utilizando la información que le prestara Mariano Benítez, se cerraron todas las salidas y esquinas de la plaza, no quedando a Güemes más que montar en su caballo y saltar por sobre dos pelotones enemigos; pero al cruzar el Tagarete del Tineo (actual Avenida Belgrano), recibió un balazo; esta herida le provocará la muerte días después.
- 17 de Junio de 1821: después de diez días de sufrimiento muere en la Cañada de la Horqueta, rodeado de sus gauchos. Antes de expirar ordena al Coronel Jorge Enrique Vidt que lo reemplace y prosiga la lucha contra los españoles hasta el triunfo definitivo; se puso de inmediato sitio a Salta, para que días después el enemigo se retirara para no volver.
- 18 de junio de 1821: Los restos de Martín Güemes son sepultados en la capilla de El Chamical.
- 14 de Noviembre de 1822: El entonces Gobernador José Ignacio Gorriti, traslada los restos a la Catedral de Salta, ubicada en la antigua Iglesia de los Jesuitas (actuales calle Mitre esquina Caseros). "Este es el lugar de mayor honor y distinción que le correspondía por sus inestimables servicios a la Independencia Americana".
- 14 de abril de 1877: La Iglesia de los Jesuitas o Catedral Vieja, está por caerse, con tal motivo y hasta poderse trasladar a la Catedral Nueva (la actual), los familiares exhumaron los restos del General Güemes y los trasladaron al panteón familiar del Cementerio de la Santa Cruz.
- 20 de Noviembre de 1918 : los restos de Güemes son trasladados nuevamente y llevados al panteón de las Glorias del Norte, en la Catedral de Salta.
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 6
- 22 de Agosto de 1818: El Cabildo de Salta se dirige al Director Supremo señalando los servicios prestados por Güemes y expresando que éstos "son los momentos inconmovibles que harán siempre honor al Intrépido Güemes".
- 7 de Diciembre de 1818: Güemes comunica al Cabildo de Jujuy que San Martín se apresta a marchar sobre Perú y que no duda que Belgrano partirá también (comandando el Ejército del Norte) hacia el alto Perú.
- 26 de marzo de 1819: Güemes confecciona una nueva lista, con consentimiento del Cabildo de Salta, donde constan los nombres de los vecinos que deben contribuir con determinadas sumas de dinero (en calidad de empréstito) a efectos de poder hacer frente a las necesidades de la guerra por la emancipación.
- 25 de Mayo de 1819: Güemes jura la Constitución unitaria de 1819, junto con los miembros del Cabildo de Salta. Demuestra así que sus requerimientos desde 1815 pidiendo la sanción de una Constitución, eran plenamente sinceros y que en aras de la unidad nacional aceptaba hasta una constitución opuesta a sus ansias de autonomía para la intendencia de Salta.
- En Septiembre y en Octubre de 1819: mandó levantar empréstitos a vecinos pudientes de la ciudad, para poder solventar la guerra contra el ejército español.
- 8 de Abril de 1820: El Cabildo de Salta (a requerimiento de Güemes) establece una nueva contribución forzosa, a cargo de hacendados, comerciantes y demás vecinos pudientes.
- 8 de Mayo de 1820: El General Juan Ramírez y Orozco parte de su cuartel general de Tupiza y sus fuerzas invaden la Intendencia de Salta penetrando divididas en tres columnas. De inmediato Güemes dispone el hostigamiento de los invasores.
- 18 de Mayo de 1820: Güemes pide ayuda a los gobernadores de las provincias situadas al sur de Salta; Bustos, gobernador de Córdoba, le envía una fuerza de 500 hombres al mando del Coronel Alejandro Heredia; al agradecerle el auxilio, Güemes, le dice a Bustos, que ordenará a Heredia que se detenga en Tucumán hasta tanto consiga víveres para sostener esa división pues carece de recursos "para alimentar a sus propios gauchos. Las demás provincias expresan que no están en condiciones de prestar ayuda, pero Ibarra, gobernador de Santiago del Estero, informa que Bernabé Araoz, gobernador de Tucumán, impide que pueda enviarle una suma de dinero.
- 19 de Mayo de 1820 La falta de recursos motiva que el Cabildo de Salta, a pedido de Güemes, disponga en el término de 6 días se levante un empréstito forzoso de seis mil pesos.
- 31 de Mayo de 1820: Una columna del ejército español penetra en La ciudad de Salta, llegando posteriormente a las proximidades del Río Pasaje. Güemes y sus gauchos continúan hostigando a los invasores.
- 8 de Junio de 1820: Desde febrero de 1820 las Provincias Unidas de Sud América, carecen de autoridad nacional. Teniendo en cuenta esta circunstancia el General en Jefe del los Andes Don José de San Martín (con expreso acuerdo de su ejército) designa a Güemes, General en Jefe del Ejército de Observación sobre el Perú. (Por disposición del director, el Ejército del Norte había marchado en 1819 hacia el sur para combatir a los caudillos del litoral; sublevándose en Arequito).
- 8 de Junio de 1820: El General Juan Ramírez y Orozco y sus fuerzas invasoras evacuan la ciudad de Salta y retroceden hasta su cuartel general de Tupiza, a donde llegarán el 30 de junio. Güemes y sus gauchos hostigan el ejército español durante la retirada.
- 5 de Julio de 1820: Güemes comunica al Cabildo de Salta que pese a no contar con ayuda de las demás provincias, ha rechazado una nueva invasión, mientras el Ejército de los Andes se apresta a marchar hacia el Perú.
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 5
- 27 de Septiembre de 1816: Güemes realiza una proclama en la que informa al pueblo la huida del enemigo, insta a la población a volver a sus casas y actividades para disfrutar de la tranquilidad y dar gracias al Dios de los Ejércitos y a Nuestra Generala (la Virgen).
- 17 de Diciembre de 1816: Güemes jura nuevamente la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América junto con las Autoridades y principales vecinos de la ciudad de Salta, reunidos en Cabildo Abierto, convocado expresamente para tal fin.
- 15 de Abril de 1817: Las fuerzas españolas del General La Serna, ingresan en la ciudad de Salta, pero de inmediato quedan sitiadas por Güemes y sus gauchos.
- 4 de Mayo de 1817: El General La Serna y su ejército evacuan la ciudad de Salta y retroceden al Alto Perú. Güemes y sus gauchos los hostigan constantemente produciéndoles numerosas bajas.
- 19 de Mayo de 1817: A solicitud de Belgrano, el Director Supremo Pueyrredón le expidió despacho de Coronel Mayor de los Ejércitos de la Patria.
- 28 de Mayo de 1817: El Director Supremo Pueyrredón dicta un decreto, reconociendo los excepcionales servicios prestados por Güemes; y en mérito a su brillante actuación, el gobierno lo premió con una medalla de oro y una pensión vitalicia para su primer hijo; una medalla de plata con trazos de oro para los jefes, una puramente de plata para los oficiales y para la tropa un escudo de paño con la inscripción: "A los heroicos defensores de Salta".
- 27 de Septiembre de 1817: Güemes comunica a Belgrano que ha impuesto una contribución general, con anuencia del Cabildo, para sostener a los que defienden la Patria y que la Intendencia de Salta, "a fuerza de sacrificios, ha logrado que los demás pueblos hermanos conserven su seguridad y sosiego", pero que ya se haya en la impotencia y requiere que todos contribuyan con sus auxilios. Belgrano trasmite el pedido al Director Supremo Pueyrredón, quien promete resolver favorablemente lo requerido pero los auxilios no llegaron.
- 28 de Noviembre de 1817: El Director Supremo Pueyrredón condecora a Güemes, sus oficiales y soldados por la victoria obtenida sobre el ejército del General La Serna al expulsarlos de la Intendencia de Salta.
- 6 de Diciembre de 1817: Güemes se pone al frente de la Vanguardia para detener la invasión del General Olañeta
- 20 de Enero de 1818: De regreso en Salta Güemes reúne al Cabildo para tratar "Asuntos interesantes al servicio de la Nación". Debido al sacrificio que el pueblo de la Intendencia de Salta a realizado para mantener la lucha y el grado de pobreza en el que se encuentra se forma una comisión para recaudar fondos para "atender las necesidades de la presente guerra".
- 2 de Abril de 1818: El Cabildo de Salta, presidido por Güemes trata el obedecimiento y publicación del Reglamento Provisorio, expedido por el Soberano Congreso del 3 de Diciembre de 1817 y mandado observar por el poder ejecutivo de las Provincias Unidas de Sud América.
- 2 de Mayo de 1818: Güemes es reelecto Gobernador Intendente de Salta, por el Cabildo e inmediatamente informado al Director Supremo.
- 25 de Abril de 1818: El Cabildo de Jujuy elige Gobernador al Coronel Mayor Comandante de Vanguardia Don Martín Güemes.
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 4
- 23 de Junio de 1815: El Cabildo de Salta convocado por el Gobernador, resuelve denegar la entrega de las armas recogidas por Güemes en Jujuy al regreso de Puesto del Marqués, reclamadas por Rondeau para la retirada del ejército. Fundamenta esta negativa en: "que esta provincia quedaría sin armas que serviría para su defensa y el escarmiento del enemigo".
- 10 de Julio de 1815: Güemes contrae enlace en la ciudad de Salta, con Doña María del Carmen Puch; en la Casa de los Puch, que se encontraba en la actual calle Ituzaingó 143 (entre Alvarado y Urquiza)
- 19 de Septiembre de 1815: El Cabildo de Jujuy, después de cuatro meses de reiteradas negativas, reconoce a Güemes como Gobernador de la Intendencia de Salta.
- 13 de Marzo de 1816: Rondeau y su ejército se dirigen de Jujuy a la ciudad de Salta, dispuestos a tomar prisionero a Güemes y sus adeptos. Güemes establece su cuartel General en los Cerrillos y adelanta su vanguardia hasta La Caldera, la cual se limita a hostigar a Rondeau y sus fuerzas.
- 15 de Marzo de 1816: Rondeau declara a Güemes "Reo de Estado". El cabildo de Jujuy sanciona: "Que el Coronel Graduado Don Martín Güemes no ha sido ni es Gobernador legítimo de esta ciudad..."
- 22 de Marzo de 1816: Rondeau se traslada al cuartel general de Güemes, después de haber ocupado la ciudad de Salta pero quedando sin víveres y sitiado por el ejército gaucho. Rondeau, llega a un acuerdo con Güemes, el que es conocido como el "Pacto de los Cerrillos".
- 6 de Abril de 1816: El Cabildo de Jujuy nombra al Canónigo Gorriti para que entre en negociaciones con el Gobernador de Salta, hecho que tiene como antecedente el pacto firmado entre Rondeau y Güemes.
- 12 de Abril de 1816: El Gobernador de la Intendencia de Cuyo, General José de San Martín, comunica al diputado por Mendoza al Congreso de Tucumán, Doctor Tomás Godoy Cruz, que "más de mil victorias he celebrado la mil veces feliz unión de Güemes y Rondeau... con una salva de veinte cañonazos, iluminación, repiques y otras mil cosas".
- 17 de Abril de 1816: Rondeau publica una proclama desde su cuartel general de Jujuy, en donde deja sin efecto todas las medidas tomadas en contra de Güemes estableciendo que "se han desvanecido completamente las dudas que causaron tales medidas ". Dando También una buena opinión y exaltando algunas de las virtudes de Güemes.
- 24 de Junio de 1816: Rondeau emprende la marcha para Tucumán quedando Güemes de jefe de la Vanguardia y por ende. encargado de la defensa de la Nación por el Norte; misión cumplida por Güemes en perfecta armonía con las autoridades nacionales y con el nuevo jefe del ejército del Norte, General Belgrano nombrado en septiembre de 1816.
- 6 de Agosto de 1816: El Gobernador Intendente de Salta, don Martín Miguel de Güemes, Jura la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América junto a autoridades y principales vecinos de la ciudad de Jujuy reunidos en Cabildo Abierto. Luego Güemes expide una proclama a sus compañeros de armas, comunicándoles la Declaración de la Independencia por parte del Congreso de Tucumán y exhortándolos a continuar combatiendo con amplia confianza en el pueblo de la Intendencia de Salta.
- 14 de Septiembre de 1816: Güemes informa a Belgrano, desde su cuartel de Humahuaca. "La retirada de los enemigos tan indecorosa y perjudicial para ellos, la han hecho sin más motivo que el haber sabido se movían las divisiones de mí mando: de modo que no solamente los de Yavi han fugado, dejando útiles de guerra que se expresan en los partes.....; sino también hemos desconcertado todos sus planes, haciendo salir a Olañeta y Marquiegui de Tarija.
domingo, 25 de octubre de 2015
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 3
- 29 de Enero de 1814: San Martín lo reconoce como General en jefe del Ejército del Norte, oportunidad en la que designa a Güemes jefe de las avanzadas del Río Pasaje.
- 29 de Marzo de 1814: Güemes enfrenta y derrota en el Tuscal de Velarde al Coronel Saturnino Castro y pone sitio a las fuerzas españolas que ocupan la ciudad de Salta. Resultado de este triunfo son: 31 Muertos, 45 prisioneros, 22 fusiles, 8 sables, algunas cananas y una tropilla de caballos y mulas.
- 9 de mayo de 1814: San Martín informa al Directorio de este triunfo en Velarde, quien declara a Güemes "Benemérito".
- 26 de Junio de 1814: Ataca a las fuerzas de Marquiegui en Anta.
- 29 de Junio de 1814: Ataca nuevamente, esta vez en Santa Victoria, y emprende la marcha hacia Jujuy.
- 3 de Agosto de 1814: El Brigadier Joaquín de La Pezuela evacua la ciudad de Salta y sus fuerzas comienzan la retirada hacia el Alto Perú. Güemes y sus gauchos, que lo hostigan desde cinco meses atrás, lo atacan constantemente hasta La Quiaca
- 12 de Agosto de 1814: Llega a Jujuy donde recibe un considerable refuerzo de hombres y armas: Se pasan a sus filas 100 soldados. Además recoge un inesperado botín (100 fusiles, 260 bayonetas, 373 lanzas, 264 juegos de herraduras, azadas, palas, picos y otros elementos, que los realistas habían abandonado en su precipitada fuga.
- 30 de Septiembre de 1814: A propuesta de Rondeau (quien reemplaza a San Martín en la conducción del Ejercito del Norte), el Directorio asciende a Güemes a Coronel Graduado del Ejército.
- 30 de Octubre de 1814: Rondeau designa a Güemes, jefe militar de la zona comprendida entre Tucumán y Tarija.
- 2 de Marzo de 1815: Acompañado por 1000 gauchos se incorpora al ejército de Rondeau.
- 14 de Abril de 1815: Güemes y sus Gauchos sorprenden a la Vanguardia del ejército enemigo en Puesto del Marqués, batiéndola completamente. Esta brillante actuación de los escuadrones gauchos al mando de Güemes, produjo 4 oficiales y 105 soldados enemigos muertos; perdieron 5 oficiales y 117 soldados entre heridos y prisioneros como también todas sus armas, municiones, guiones, equipajes y bestias, salvándose solo el comandante, con el Capitán Valle y 12 hombres de tropa, sin que de parte de los patriotas haya habido más desgracia que dos gauchos heridos. Días después con autorización de Rondeau regresa con los gauchos a Salta.
- 6 de Mayo de 1815: El Cabildo de Salta, a petición del pueblo de la ciudad, designa a Güemes "Gobernador de la Intendencia de Salta", que comprendía las actuales provincias de Salta y Jujuy y la región boliviana de Tarija. El Director Interino Alvarez Thomas lo reconoce a mediados de junio de 1815.
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 2
- 13 de Septiembre de 1810: El Gobernador Intendente de Salta, Antonio Chiclana lo menciona en correspondencia a la Junta y en virtud a sus méritos, como Teniente de Granaderos de Fernando VII.
- 22 de Septiembre de 1810: El Coronel Don Diego de Pueyrredón le confía una misión importante en Humahuaca y es allí donde recibe la comunicación de su ascenso a Capitán.
- 7 de Noviembre de 1810: Al frente de salteños, oranences, jujeños y tarijeños Güemes vence en la batalla de Suipacha a las fuerzas comandadas por el General Córdoba. El General derrotado retrocede hacia Cotagaita donde arrastra en su huída a su jefe, el General Nieto, dejando libre la ruta del Alto Perú, al ejército enviado por la Junta de Mayo.
- 23 de Junio de 1811: La Junta Grande Nacional, repone a Güemes en el ejército del que había sido dado de baja después de Suipacha por el representante de la Junta de Mayo, don Juan José Castelli. De inmediato Güemes parte de Salta en dirección a Tarija, donde presta ayuda al Ejército del Norte, el cual retrocedía tras haber sufrido una completa derrota en la batalla de Huaqui (20/6/1811)
- 4 de Octubre de 1811: El General Juan Martín de Pueyrredón desde su campamento de Campo Santo (Salta) informa al Superior Gobierno, las operaciones de la expedición que condujo en retirada desde Potosí los caudales del Real Erario en donde refiere "Salió con el Teniente Coronel Don Martín Güemes a ofrecerme el auxilio de sus pechos, únicas fuerzas de que podían disponer".
- 12 de Enero de 1812: Güemes participa de la Segunda Batalla de Suipacha, la que es conducida por el General Díaz Vélez en donde la derrota malogra los acontecimientos anteriores. Luego de aquel encuentro Juan Martín de Pueyrredón encarga a Güemes la misión de viajar a Tarija con objeto de sofocar una rebelión que debía estallar en aquella ciudad por elementos realistas y conseguir 300 caballos con destino al ejército patriota. Ambas misiones se cumplen con éxito, con la colaboración de Uriondo y Méndez.
- Junio de 1812: Belgrano separa del Ejercito del Norte a Güemes dándole traslado a Buenos, en virtud de no estar de acuerdo por su conducta privada.
- 4 de Diciembre de 1813: Es reconocido en la promoción del día, como Capitán de Caballería y Teniente Coronel Graduado de Ejército.
- 11 de Diciembre de 1813: El coronel José de San Martín parte de Buenos Aires, comandando fuerzas destinadas a incorporarse al Ejercito del Norte. Integra estas fuerzas el Teniente Coronel Graduado, Don Martín Miguel de Güemes.
Sintesis de la Biografía de Martín Miguel de Güemes - Parte 1
- 8 de Febrero de 1785: Nace en Salta Martín Miguel de Güemes. Fueron sus padres don Gabriel de Güemes Montero y doña María Magdalena Goyechea y la Corte.
- 9 de Febrero de 1785: Es bautizado en la Iglesia Matriz de Salta, por el cura rector de la misma, el Dr. Gabriel Gómez Recio. Fueron sus padrinos Don José González de Prada y Doña María Ignacia Cornejo . Recibió el nombre de Martín Miguel Juan de la Mata.
- 13 de Febrero de 1799: Ingresa como cadete a la Compañía del 3er. Batallón del Rey , Fixo de Buenos Aires, destacado en Salta, a los 14 años recién cumplidos.
- 1806 -1808: Con motivo de las invasiones Inglesas, las Compañías de Regimiento Fixo, destacadas en Salta, acudieron presurosas a incorporarse a su regimiento. De esta manera Güemes se encontró en las jornadas de la defensa. Según algunos historiadores en esta ocasión, Güemes se desempeñó como ayudante de Liniers.
- 12 de Agosto de 1806: Güemes se adentra a caballo en el Río de la Plata, comandando un pelotón de Húsares de Pueyrredón y obliga a rendirse al navío británico "Justina", que había encallado frente al puerto de Buenos Aires.
- 7 de Abril de 1808: Por razones de salud y por el fallecimiento de su padre, solicita licencia, la que le es concedida por el Virrey, y le posibilita regresar a Salta.
- 13 de Enero de 1809: La Suprema Junta Gubernativa del Reino de Sevilla le expide el ascenso a Subteniente efectivo del Regimiento de Infantería de Buenos Aires.
- 4 de Julio de 1809: El Gobernador de la Intendencia de Salta del Tucumán, solicita y obtiene del Virrey que destine a Güemes - quien se encontraba en su ciudad natal en uso de licencia - a la Guarnición Militar de Salta; a la que se incorpora con el grado de teniente.
- 22 de Agosto de 1810: Güemes parte de la ciudad de Salta, comandando un escuadrón salteño denominado Partida de Observación. Marcha a la Quebrada de Humahuaca, donde es el primero en actuar a favor del movimiento de Mayo, llevando el mensaje, interceptando las comunicaciones del enemigo y preparando el terreno para el avance del ejército enviado por la Junta constituida el 25 de mayo de 1810.
sábado, 24 de octubre de 2015
martes, 20 de octubre de 2015
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 13
Este es un rebelde en acción, el otro es un rebelde que
ladra, pero … no muerde, o morderá solamente el día de la santísima redención. Dividido
el esfuerzo entre toda la colectividad, dos o tres horas de trabajo, al día
serían suficientes para producir todo lo que se necesitaría para llevar una
vida holgada. Tenemos, por lo tanto, derecho al ocio, derecho al reposo. Si el
presente sistema social nos niega este derecho es preciso conquistarlo por
cualquier medio.
Es triste, en verdad, el tener que vivir del trabajo de
otros. Se prueba la humillación al sentirse igualados a los parásitos
burgueses, pero se saborean también grandes satisfacciones. Parásitos sí;
pero no se beben las amargas heces de la sabida vileza, de la consentida
expresión, no se sienten los tormentos de saberse uno de aquellos que,
humillados van uncidos al carro del triunfador, regando el camino con su propia
sangre; uno de aquellos que ofrecen riquezas a los parásitos y mueren de hambre
sin osar rebelarse; uno de aquellos que construyen palacios y viven en
tugurios, que cultivan el trigo y no pueden quitar el hambre a sus chicos; uno
de la muchedumbre anónima y envilecida que se yergue un segundo al recibir el
golpe del amo, pero que se somete todos los días, se conforma con el estado
social, actual y, depuesta su momentánea actitud, tolera, ayuda y ejecuta todas
las infamias, todas la bajezas.
No productores, es cierto, pero no
cómplices. No productores, sí; ladrones si queréis -si vuestra poltronería
tiene necesidad de otra ruindad para consolarse,- pero no esclavos. Desde hoy,
cara a cara, mostrando los dientes al enemigo. Desde hoy, temidos y no
humillados.
Desde hoy, en estado de guerra contra la sociedad burguesa.
Todo, en el actual mundo capitalista, es indignidad y delito; todo nos da
vergüenza, todo nos causa náuseas, nos da asco. Se produce, se sufre y se muere
como un perro. Dejad, al menos, al individuo la libertad de vivir dignamente o
de morir como hombre, si vosotros queréis agonizar en esclavitud. El destino
del hombre, se ha dicho, es aquel que él mismo se sabe forjar; y hoy no hay más
que una alternativa: o en rebeldía o en esclavitud.
Escrito por Severino Di Giovanni.
Publicado en 1933 por “Briand”, pseudonimo utilizado por Severino.
Publicado en 1933 por “Briand”, pseudonimo utilizado por Severino.
lunes, 19 de octubre de 2015
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 12
La intención mía en este estudio no es la de hacer la
apología de éste o de aquel hecho, sino la de llegar a las raíces del problema,
la de defender el principio y el derecho a la expropiación, y el mal uso que
ciertos expropiadores hacen del fruto de sus empresas, no destruye el hecho
mismo, como le hecho de que existan perfectos canallas que se llaman
anarquistas, no destruye el contenido ideológico de la anarquía. Examinemos una
más grave acusación, la condena máxima: aquella que sostiene que los actos de
expropiación individual atentan contra los principios anarquistas.
Se ha
llamado a los expropiadores, parásitos, ¡y es cierto! Son parásitos; no
producen nada. Pero son parásitos involuntarios, forzados, porque en la
presente sociedad, no puede haber más que parásitos o esclavos. No hay
duda alguna que son parásitos, pero lo que nadie podrá hacer es llamarles
esclavos. Los esclavos, en cambio, en su gran mayoría, son también parásitos
mucho más costosos que aquellos.
Y el parasitismo de esta mayoría de
productores es mucho más inmoral, cobarde y humillante que aquel de los expropiadores.¿Llamaréis
productor, trabajador honrado o parásitos a aquel que está empleado en la
fabricación de joyas, de tabaco, de alcohol, u ocupado nel far la … serva al
prete? (N. de R. “hacerle de sirvienta al cura”).
Se me dirá que este
parasitismo también es impuesto, que la necesidad de vivir nos obliga, a pesar
nuestro, a someternos a esta actividad negativa y dañosa. Y con esta pobre
excusa, con este cobarde pretexto se gana el pan nuestro, en forma vergonzosa y
hasta criminal.
Verdadera complicidad en el delito; criminalidad no inferior
a aquella de los primeros responsables: los burgueses. Y después de todo,
¿podréis negar que el rehusarse a colaborar en los embrollos de este régimen
criminal, no es mucho más anárquico que el primero? ¿Podréis negar, acaso, que
los dos tercios de la población de nuestras metrópolis sean parásitos? Es
innegable que si por productores se calculan sólo aquellos que están ocupados
en una producción verdaderamente útil, la humanidad, en su gran mayoría, se
debe considerar parásita.
Trabajéis o no trabajéis, si no formáis parte de la
categoría de los campesinos o de las pocas categorías verdaderamente útiles, no
podéis ser más que parásitos, aunque os creáis trabajadores honrados. Entre el
parásito-trabajador que se somete a la esclavitud económico-capitalista y el
expropiador que se rebela, prefiero a este último.
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 11
Pero si queréis recobrar el dinero sin nuestro
consentimiento, aunque fuese con vuestro único riesgo, no lo hagáis, porque
entonces no seréis más que villanos bandidos. Es la moral, nuestra
moral”.¡Mierda, entonces! Y me será permitido hacer una pregunta, la siguiente:
cuando el capital me roba y me hace morir de hambre, ¿quién es el robado y
quién el que muere de hambre: yo o la colectividad? ¿Yo? Y ¿por qué, entonces,
solamente la colectividad tendrá el derecho de atacar y defenderse?Yo sé que la
acción del expropiador se puede prestar a muchas falsas interpretaciones, a
muchos equívocos. Pero la culpa de todo esto, la responsabilidad por la
falsificación de los motivos éticos, sociales y psicológicos que han
determinado y determinan -en su gran mayoría- los actos individuales de expropiación,
cae principalmente -en gran parte- sobre la mala fe de sus críticos.
No por esto quiero sostener que todos sus críticos son
de mala fe, porque sé muy bien que existe gran parte de compañeros que cree
sinceramente que estos actos son nocivos a los fines inmediatos de nuestra
propaganda. Cuando hablo de mala fe, quiero señalar a aquellos anarquistas tan
sectarios y tan individualófobos, que a cada acto de expropiación empiezan por
llamarlo “robo”, queriendo con esto negar al gesto cualquier base social y
éticamente justificable desde el punto de vista anarquista, para asociarlo y
ponerlo en común con todos aquellos individuos vulgares e inconscientes (en
gran, parte también excusables porque son productos genuinos del presente
sistema social) que hacen el ladrón con la misma indiferencia que harían el
verdugo si esta última profesión les procurase aquello que buscan. Sin embargo,
yo estoy bien lejos de justificar siempre y en todas las circunstancias al
expropiador.
Una cosa que encuentro condenable en cierto número de
expropiadores, es la corrupción a que se entregan cuando un buen golpe les ha
salido bien. En ciertos casos, lo admito, la crítica y la condenación están
bien justificadas, pero a pesar de todo esto, ella no puede llegar más allá de
aquella hecha al buen trabajador que consume su sueldo en borracherías y
prostíbulos, hecho que, desgraciadamente, ocurre todavía y demasiado
frecuentemente entre los nuestros. Ha sido dicho por ciertos críticos
que la apología del acto individual engendra en ciertos anarquistas el
utilitarismo mezquino, una mentalidad estrecha y en contradicción con los
principios de la anarquía, suposición tan antojadiza como decir que cada
anarquista que tenga contacto con elementos no anárquicos, acaba por pensar en
forma antianárquica.
Pero hay una cosa que no quiero olvidarme de decir, y
es la siguiente: siendo la expropiación un medio para substraerse
individualmente a la esclavitud, los riesgos deben ser soportados
individualmente, y los compañeros que practican la expropiación “per se”
pierden todo derecho -aunque exista para las otras actividades anarquistas, y
yo no lo creo- a reclamar la solidaridad de nuestro movimiento cuando caen en desgracia.
domingo, 18 de octubre de 2015
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 10
Y si el yugo no os pesa; si por vuestra situación particular
no sentís la apresión directa del patrón; si, a pesar de todas vuestras
superficiales lamentaciones, no podéis vivir sin el trabajo, por qué no sabéis
cómo ocupar vuestras horas de ocio, y a falta de un trabajo manual, os aburrís
terriblemente; si sabéis aguantar la disciplina cotidiana de la oficina,
respetar los continuos reproches de los capataces imbéciles o malvados,
reventar de trabajo primero, y de hambre después, sin que sintáis las ganas de
abrazar al más odioso de los criminales, de llamarlo hermano y no sentiros
invadir la ternura hacia el oficio de verdugo, vosotros no habéis alcanzado el
grado necesario de sensibilidad para comprender los sufrimientos espirituales y
los motivos sociales que determinan los actos de expropiación individual, -de
aquellos de los cuales yo hablo- y todavía menos tenéis derecho de condenarles.
Porque no sólo el anarquista constata todo lo odioso de un
trabajo bestial, criminal y no pocas veces inútil para el bien suyo y el de la
humanidad; no solamente se ve obligado a participar él mismo en el
mantenimiento de su propia esclavitud, la de sus compañeros y la del pueblo en
general, sino que debe ejecutar este trabajo en una forma y condiciones tan
horribles, tan insoportables y llenas de peligro que su vida se siente
amenazada todos los instantes de la larga jornada; porque su trabajo, ciertos
trabajos que deben efectuar algunas categorías de obreros (y digo “categorías”
porque hay varios obreros que no conocen la bestialidad y el peligro terrible
de ciertos trabajos ejecutados por otros trabajadores), no solamente implican
una verdadera esclavitud, sino que se asemejan a un verdadero suicidio. En el
fondo de las minas, al lado de las máquinas monstruosas, en las infernales
fundiciones, en medio de los productos malsanos, la muerte está siempre en
acecho.
Cuerpos que se vuelven tísicos, pulmones envenenados,
miembros lacerados, cuerpos curvados, ojos privados de la luz eterna, cráneos
aplastados, he ahí lo que los honrados trabajadores, a millares ganan con el
sudado pan. Y ninguna piedad para ellos, ninguna moral, ninguna religión para
conmover al aprovechador que junta sus millones amasados con diarios crímenes
cometidos para obtener un poco más de beneficio, para llevar a sus cajas unos centavos
más.¡Es necesario, por lo tanto, rodearlo de nuestra ternura, vaciar nuestro
depósito lacrimógeno ante la mala fortuna que puede caer sobre la cabeza de
alguno de ellos, por el hecho forzado de alguno de los nuestros! Verdad, es que
debemos mostrarnos buenos, humanos, generosos cuando se trata de respetar la
bolsa o la piel de nuestros enemigos, y buenas bestias cuando nuestros enemigos
nos hacen reventar. ¿De modo qué individualmente, no tenemos el derecho de
tomar en nuestras manos la espada de la justicia sin el consentimiento
colectivo? – ¡No violéis la virginidad de la moral común con vuestros todavía
no santificados pecados! ¡Un poco de paciencia, hermanos míos, que el reino del
Señor vendrá para todos!”Si tenéis hambre, gruñid, pero quietos: nosotros no
estamos todavía prontos. Si se os apalea, rugid, pero no os mováis: tenemos aún
plomo en los pies. Si se os masacra, después de haberos robado, ¡alto ahí!
Volved la cara al ladrón, nosotros os proclamaremos héroes.
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 9
La existencia del hombre con relación al tiempo no es
verdaderamente más que un instante fugaz. Si se nos esfuma este instante, si no
sabemos extraerle el jugo que en forma de alegría nos puede dar, nuestra
existencia es vana y desperdiciamos una vida de cuya pérdida no nos resarcirá
la humanidad. Por lo tanto, es hoy cuando debemos vivir, no mañana.
Es hoy
cuando tenemos derecho a nuestra parte de placeres, y lo que hoy perdemos el
mañana no nos lo puede restituir: está definitivamente perdido. Por eso es que
hoy queremos gozar nuestra parte de bienes, es que hoy deseamos ser
felices”.Pero la felicidad no se alcanza en la esclavitud. La felicidad es un
don del hombre libre, del hombre dueño de sí mismo, dueño de su destino; es el
supremo don del hombre, hombre que se niega a ser bestia de carga, resignada
bestia que sufre, produce y está privada de todo.
La felicidad se obtiene en el ocio. También se adquiere con
el esfuerzo, pero con el esfuerzo útil, con el esfuerzo que procura mayor
bienestar – aquel esfuerzo que acrecienta la variedad de mis adquisiciones, que
me eleva, que de verdad me redime. No hay, por lo tanto, felicidad
posible para el trabajador que durante toda su vida está ocupado en resolver el
terrible problema del hambre. No hay felicidad posible para el paria
que no tiene otra preocupación que su trabajo, que no dispone sino del tiempo
que dedica al trabajo.
Su vida es bien triste, bien desoladora, y para poder
soportarla arrastrarla, aceptarla sin rebelarse, se precisa, un gran coraje o
una gran dosis de cobardía. Del deseo de vivir, de la desesperación íntima y
profunda que nos coloca frente a la perspectiva de toda una vida consumida,
para beneficio de gente indigna, de la desolación sentida al perder la
esperanza en una salvación colectiva durante la fugaz trayectoria de nuestra
breve existencia: he ahí de lo que está formada la rebelión individual; he ahí
de qué fuegos están alimentados los actos de expropiación individual.
Triste, muy triste, es la vida del trabajador
inconsciente; pero, ¡ay de mí!, la vida del anarquista es verdaderamente trágica.
Si vosotros nos sentís todos los sufrimientos, toda la desesperación de
vuestra trágica situación, permitidme deciros que tenéis piel de conejo y que
el yugo no os está tan mal.
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 8
Entre estos vagabundos espirituales, -refractarios a la
domesticación y disciplina capitalistas, -es necesario buscar los expropiadores
los partidarios de la expropiación individual, aquellos que no quieren esperar
a que las masas estén preparadas y dispuestas para cumplir el acto colectivo de
justicia social. Estudiando bien los matices psicológicos, éticos y sociales
que determinan esa actitud en ellos, sabremos comprender, justificar y apreciar
mejor sus actos y también defenderlos de los ataques biliosos de muchos de
aquellos que aún compartiendo las mismas ideas sobre muchos otros problemas, se
afanan en tirar fango sobre, estos impacientes que no saben resignarse hasta
que llegue el día de la redención colectiva. El derecho a la
expropiación individual no se puede negar, basándose sobre un cierto derecho
colectivo a la expropiación.
Si fueramos socialistas o comunistas-bolcheviques,
podríamos negar al individuo el derecho de apropiarse -por los medios que
estime más convenientes- de aquella parte de riqueza que a él como productor le
pertenece. Porque los bolcheviques y los socialistas niegan la propiedad
individual y admiten una sola forma de propiedad: la colectiva. Pero este no es
el caso de los anarquistas, sean individualistas o comunistas, pues todos
teórica y prácticamente admiten tanto la propiedad individual como la
colectiva. Y si admite el derecho a la posesión individual, ¿cómo podría
negarse al individuo el mismo derecho a servirse de los medios que crea
oportunos para entrar en posesión de lo que le pertenece? Cada acreedor (y éste
sería la clase productora frente a la capitalista) toma por la garganta a su
deudor en la hora y en la forma que más le convenga, y se hace restituir su
producto -el cual se le ha arrebatado con el engaño y la violencia- en el menor
tiempo posible. El individuo, basándose en la libertad, -y la libertad es la
doctrina de la anarquía,- es el único y solo árbitro y juez en este acto de
restitución.
Se ha admitido la oportunidad y la necesidad de un acto
colectivo, de una revolución social para expropiar a la burguesía, y el
individuo, aún individualista, se asoció voluntario a esta idea, porque fue
creencia general que un esfuerzo colectivo nos libraría más fácilmente de la
esclavitud económica y política. Pero desde hace años esta confianza ha
decrecido en muchos anarquistas. Ha tenido que admitirse, al fin, que
una verdadera liberación, una liberación profunda, anárquica, que arrancara de
la conciencia de las masas -con seguridad de nunca más volver- el fetiche
autoridad y nos permite instaurar un estado de cosas que no violara la libertad
de cada uno, necesita forzosamente una larga preparación cultural, por
consecuencia, muchos años todavía de sufrimientos bajo la explotación
capitalista. De esto ha derivado que muchos rebeldes nuestros, que en un primer
momento habían abrazado con entusiasmo la idea de una revolución expropiadora
se han dicho -sin disasociarse por esto del necesario trabajo de preparación
revolucionaria- que tal espera significaba el sacrificio de toda su vida,
consumida en condiciones odiosas y bestiales, sin ninguna alegría, sin goce
alguno, y que la satisfacción moral de una lucha cumplida en pro de la
liberación humana no era lenitivo suficiente para sus propias penas.”No tenemos
más que una vida -se han dicho en su corazón- y ésta se precipita hacia su fin
con la rapidez del relámpago.
sábado, 17 de octubre de 2015
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 7
Se comprende, entonces, que existan los desconformes que no
quieren doblegarse a esta esclavitud repugnante.
Se comprende que existan los
vagabundos indomables que prefieren la incertidumbre de su mañana -la mayoría
de las veces sin el mísero mendrugo acordado al trabajador constante- antes que
someterse a este sistema humillante.
Se comprende la bohemia incorregible, sin
genio si queréis, pero que no forma parte en el cortejo humillante de los arias
… Y se comprende, también, a los grandes haraganes, los ociosos ideales que
pasando su vida en completa hermandad con la naturaleza, gozando al contemplar
las maravillosas auroras, los melancólicos crepúsculos, colmando sus espíritus
de melodías que sólo una vida simple y libre puede procurarles, imponiendo
silencio a las imperiosas necesidades del hambre por no caer en la esclavitud
en la cual nosotros estamos hundidos.
Sentados al borde del camino observan con infinita tristeza,
con profunda piedad, la negra caravana que todos los días se encamina dócil y
deshecha hacia las fábricas -prisiones que los engullen ya exhaustos y los
devuelven por la noche hechos cadáveres.Y huyen, huyen estos ociosos ideales
con el corazón oprimido al ver tanta estulticia, tanta miseria, tanta locura.
Huyen hacia la vida libre, indócil, no conformista
diciéndole a su corazón que antes de someterse cada día a esta vida miserable,
vil y privada de elevación y espiritualidad, la muerte es preferible. Odiar el
trabajo manual en régimen capitalista, no significa ser enemigo de toda
actividad, como aceptar la expropiación individual no equivale a hacer la
guerra al trabajador-productor, sino al capitalista-explotador. Estos vagabundos
ideales a los que tanto admiro, tienen una actividad, viven una intensa vida
espiritual, riquísima en experiencias, observaciones, goces.
Son enemigos del
trabajo, porque encuentran malgastados en gran parte sus esfuerzos en aquella
dirección; no pueden, por lo tanto, someterse a la disciplina que exige aquella
especie de actividad, y no quieren tolerar que se haga de ellos una máquina sin
cerebro, que se mate, en fin, en ellos aquella personalidad, que es lo que más
aprecian.
viernes, 16 de octubre de 2015
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 6
Ya no se tiene necesidad de seres que creen, sino de entes
que fabriquen; ya no existen -¡ay!- artistas, obreros intelectuales; sólo
quedan obreros manuales. No se pone más a prueba nuestra inteligencia; en
cambio, se mira si tenéis buenos músculos, si sois vigorosos. No se mira mucho
lo que sabéis, sino cuánto podréis producir. No sois vosotros los que hacéis
marchar la máquina, es la máquina la que os hace marchar. ¡Y aunque parezca
paradoja! -y no es más que la pura realidad- es también la maquina la que
“piensa” lo que ha de hacerse, quedándoos a vosotros sólo la obligación de
servirla, de hacer lo que ella enseña.
Es ella el cerebro y vosotros el brazo; ella la materia
pensante, creadora y vosotros la materia bruta, autómata: ella, la
individualidad, vosotros la … máquina.¡Horror! Si una sola individualidad se
introdujese en el funcionamiento de la oficina Ford, por ejemplo, ella
destruiría todo el engranaje de la producción.***Los obreros no son más que
presidiarios. O, si os ha de servir de mayor consuelo, soldados acuartelados en
las fábricas.
Todos marchan al mismo paso; todos hacen -a pesar de la variedad
de los objetos- los mismos movimientos. No encontramos ya ninguna satisfacción
en los trabajos que hacemos; no nos apasionamos por ellos, porque nos sentimos
completamente extraños a los mismos. Seis, ocho, diez horas de trabajo, son
seis, ocho, diez horas de sufrimiento, de angustia. No amamos, no, el
trabajo; lo odiamos. No es nuestra liberación, ¡es nuestra condena!
No nos
eleva y libra de los vicios; nos abate físicamente y nos aniquila moralmente
hasta tal extremo que nos deja incapacitados para sustraernos a ellos. Será
necesario realizar estos trabajos, lo sé, pero será siempre de mala gana si se
quiere mantener también mañana el presente sistema por economía de esfuerzos.
Será siempre sufriendo aún cuando la jornada sea reducida a menos horas.
Yo no sé qué piensan los animales de la carga que se les
coloca sobre el lomo; pero lo que si sé decir por lo que observo y por lo que
por mi mismo siento, es que el hombre no ejecuta con alegría, con verdadera
satisfacción, más que los trabajos intelectuales, artísticos. Si al menos no
considerase malgastado e inútil su sacrificio, el hombre se armaría de coraje y
su fatiga le parecería menos amarga, menos dolorosa. Pero cuando observa que
todo su esfuerzo es malgastado, que no es sino el trabajo de Sisifo con
innumerables desastres y sacrificios en cada recaída, entonces el coraje huye
de su corazón y en cada ser consciente, en cada ser sensible y humano, el odio
se enciende en contra de este bárbaro y criminal estado de cosas y la aversión
y la rebeldía en contra del trabajo es inevitable.
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 5
La poesía consagrada al trabajo manual no es más que una
irrisión y un engaño que nos deberían hacer sonreír, si no llenarnos de
indignación y rebeldía.¡La belleza del trabajo … el trabajo que eleva,
ennoblece, redime! …¡Si, si! Mirad allá, a lo lejos. Son los obreros que salen
de las fábricas que surgen de las minas, que abandonan los puertos, los campos,
después de la jornada de trabajo. ¡Miradlos, miradlos! Apenas si sus piernas
pueden soportar aquellos cuerpos derrengados. Escrutad esas caras pálidas,
mustias, extenuadas.
Asomaos a esos ojos tristes, mortecinos, sin luz, sin
vitalidad. ¡Ah, los bellos, los potentes músculos … la alegría de los corazones
por el trabajo que ennoblece! …Penetrad en aquella fábrica y observarlos en su
actividad. Enclavados cojo parte integrante de la máquina, están constreñidos a
repetir por mil, por diez mil veces el mismo movimiento, automáticamente, como
la máquina, sin que casi sea necesaria la intervención de sus cerebros.
Podrían
muy bien haberlos dejado en sus casos, puesto que una vez emplazados en sus
puestos, continuaría igualmente sus trabajos. No conservan nada de la propia
personalidad, de la propia individualidad. No son seres sensibles, pensantes,
creadores. No son más que cosas sin espiritualidad, sin impulso propio. Van
porque todos van. Se mueven con ritmo uniforme, igual, sin independencia. Se
les ha ordenado ejecutar aquel movimiento y lo deben hacer hoy, mañana, ..
¡siempre! … ¡cómo las máquinas! …Hemos llegado a la destrucción completa de la
personalidad humana en el ochenta por ciento de la producción moderna.
No se hallan ya los artesanos, los artistas. La producción
capitalista, no los pide, no los precisa. Se han inventado cosas para cada
necesidad y máquinas para hacerlo todo, y hemos llegado al punto de tener que
crear nuevas necesidades para poder fabricar nuevos productos. En realidad es
esto lo que ya se hace y es por esto que la vida se va siempre complicando más
y el vivir se hace cada día más difícil. Se ha suprimido la estética de
las cosas y no se crea más que en serie, en montón. Se han educado los gustos
en línea general; se ha distribuido en los individuos cualquier, originalidad
artística, cualquier antojo diferente, y se ha alcanzado -¡oh, prodigio de la
propaganda!- hacer apetecer a la generalidad aquello que a los capitalistas
conviene fabricar: una misma cosa para cada individualidad distinta.
jueves, 15 de octubre de 2015
Juan Bautista Alberdi
En el inicio del Documental con la biografía de Juan Bautista Alberdi, que realizó Radio 21 de Tucumán, Argentina, con la interpretación del actor Rolo Andrada, está la síntesis de la vida del prócer autor de las Bases.
ALBERDI OFF: Nací el 29 de agosto. La casa donde nací es la tercera a la derecha del Cabildo, en la plaza principal de la ciudad Tucumán. Por una beca otorgada el 24 de junio de 1824, viajé a Bs. As a estudiar en el Colegio de Ciencias Morales.
En 1825, mi hermano consintió en sacarme del colegio y comencé a trabajar en la tienda de J. B. Maldes.
En 1826, con el apoyo de muchos amigos, regresé al Colegio de Ciencias Morales.
En 1834, volví a mi provincia y escribí allí Memoria descriptiva de Tucumán. En noviembre de 1837, dirigí el diario LA MODA, primera publicación en el género revista o periódico. También he escrito "Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho"
En 1838, fui uno de los asistentes al Salón Literario, que funcionaba en la Librería de don Marcos Sastre en Buenos Aires. En noviembre viajé a Montevideo, sin graduarme, por no prestar juramento de fidelidad al gobierno de Rosas en Buenos Aires.
En 1840, en Montevideo, obtuve mi título de abogado.
En 1843, en mayo, inicié mi primer viaje a Europa. También en 1843, el 1º de septiembre a las 11 hs. de la mañana, me entrevisté con el general José de San Martín en Francia.
En 1844, regresé a América y, en abril, llegué a Valparaíso. Allí trabajé en el Mercurio, ejercí la abogacía porque revalidé mi título de abogado el 10 de noviembre de 1844. Además obtuve mi vivienda propia, Las Delicias, que es hoy un seminario.
En 1852, redacté la primera edición de Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina.
En 1853, en las Cartas Quillotanas, escritas en Quillota, Chile, polemicé con Domingo Faustino Sarmiento.
En 1854, el general Justo José de Urquiza me designó representante diplomático de la Confederación Nacional en Francia, Inglaterra, España y Vaticano. También viajo a los Estados Unidos.
En 1857, en Londres, tuve una entrevista con Juan Manuel de Rosas.
El 9 de julio de 1859, firmé el Tratado de Reconocimiento de Nuestra Independencia, por parte de España.
En 1862, cuando se reorganizaron los poderes de la República, me separaron del cargo.
En 1865, comienzo la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. Como me opuse, fui acusado de traidor.
En 1874, publiqué la autobiografía que se debería denominar "Palabras de un Ausente", y que en realidad, es mi vida.
En 1878, fui elegido diputado por Tucumán.
En 1879, el 16 de septiembre, regreso a la Argentina de donde me había ido en 1838 y estuve casi 41 años alejado de mi país.
En 1880, luego de participar en la consolidación de Buenos Aires como Capital de la República y a La Plata como Capital de Buenos Aires renuncié y volví a Europa.
OFF: Juan Bautista Alberdi muere en Paris el 19 de junio de 1884.
https://www.youtube.com/watch?v=NEtLHpOAjSM
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 4
Establece la retribución parcial, el robo, la injusticia:
consagra, por lo tanto, de hecho, la explotación. El productor no puede aceptar
como base equitativa y justa la retribución parcial. Solamente la posesión
integra puede establecer las bases de la Justicia Social. Por consecuencia,
todo concurso nuestro a la producción capitalista es un consentimiento y una
sumisión a la explotación que se ejerce sobre nosotros. Cada aumento de
producción es un remache más para nuestras cadenas, es agravar nuestra
esclavitud. Más trabajamos para el patrón, más consumimos nuestra existencia,
encaminándonos rápidamente hacia un fin próximo. Más trabajamos, menos tiempo
nos queda para dedicarlo a actividades intelectuales o ideales; menos podemos
gustar la vida, sus bellezas, las satisfacciones que nos puede ofrecer; menos
disfrutamos de las alegrías, los placeres, el amor.
No se puede pedir a un cuerpo cansado y consumido que se
dedique al estudio, que sienta el encanto del arte: poesía, música, pintura, ni
menos que tenga ojos para admirar las infinitas bellezas de la naturaleza. Un
cuerpo exhausto, extenuado por el trabajo, agotado por el hambre y la tisis no
apetece más que dormir y morir. Es una torpe ironía, una befa sangrienta, el
afirmar que un hombre, después de ocho o más horas de un trabajo manual, tenga
todavía en sí fuerzas para divertirse, para gozar en una forma elevada,
espiritual. Sólo posee, después de la abrumadora tarea, la pasividad de embrutecerse,
porque para esto no necesita más que dejarse caer, arrastrar. A pesar de sus
hipócritas cantores, el trabajo, en la presente sociedad, no es sino una
condena y una abyección.
Es una usura, un sacrificio, un suicidio.¿Qué hacer?
Concentrar nuestros esfuerzos para disminuir esta locura colectiva que marcha
hacia el enervamiento. Es preciso poner en guardia al productor en contra de
este fatigoso afán, tan inútil como idiota. Es necesario combatir el trabajo
material, reducirlo al mínimo, volverse vagos mientras vivamos en el sistema
capitalista bajo el cual debemos producir. El ser trabajador honrado,
hoy día, no es ningún honor, es una humillación, una tontería, una vergüenza,
una vileza.
El llamarnos “trabajadores honrados” es tomarnos el pelo, es
burlarse de nosotros, es, después del daño, agregarnos la burla.¡Oh soberbios y
magníficos vagabundos que sabéis vivir al margen de las conformaciones
sociales, yo os saludo! Humillado, admiro vuestra fiereza y vuestro espíritu de
insumisión y reconozco que tenéis mucha razón en gritarnos: “es fácil
acostumbrarse a la esclavitud”.***¡No!, el trabajo no redime, sino que
embrutece. Los bellos cantos a las masas activas, laboriosas, pujantes: los
himnos a los músculos vigorosos: las aladas peroraciones al trabajo que
ennoblece, que eleva, que nos libra de las malas tentaciones y de todos los
vicios, no son más que puras fantasías de gentes que nunca han tomado el
martillo ni el escalpelo, de gentes que nunca han encorvado el lomo sobre un
yunque, que jamás se han ganado el pan con el sudor de su frente.
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 3
Cada aumento de nuestra actividad en el presente sistema
social no tiene otro resultado que un aumento de la explotación en nuestro
daño. Impostores son aquellos que afirman que la riqueza es fruto del trabajo,
del trabajo honesto, individual.Pasemos adelante. ¿Para qué detenerse a rebatir
los sofismas de ciertas teorías económicas que no son sinceras ni honradas y
que sólo convencen a los pobres de espíritu -desgraciadamente son la mayoría de
la sociedad,- que no persiguen otra finalidad que la de cubrir torpes intereses
con la apariencia de la legalidad y del derecho.
Todos vosotros sabéis que el
trabajo honrado, el trabajo que no explota a otros, no ha creado nunca, en el
presente sistema, el bienestar de persona alguna y mucho menos, su riqueza
puesto que esta es el fruto de la usura y de la explotación, las cuales no se
diferencian del crimen más que en las formas exteriores.
Después de todo, no nos interesa un relativo bienestar
material obtenido por la extenuación de nuestros músculos y de nuestro cerebro:
queremos, sí, el bienestar adquirido por la posesión completa, absoluta del
producto de nuestro esfuerzo, la posesión incontrastable de todo aquello que
sea creación individual.
Estamos, entonces, consumiendo nuestra existencias a
total beneficio de nuestros explotadores, persiguiendo un bienestar material
ilusorio, eternamente fugitivo, jamás realizable en una forma concreta,
estable, porque la liberación de la esclavitud económica no nos podrá llegar
por medio de un aceleramiento de nuestra actividad en la producción
capitalista, sino con la creación consciente, útil, y con la posesión de lo que
se produce. Es falso decir: “una buena recompensa, un buen salario
por una buena jornada de trabajo”. Confiesa esta frase que deben existir los
que producen y los que se adueñan del producto, y que después de haber quitado
una buena parte para ellos -aún no habiendo participado en su creación-
distribuyen, en base de criterio y principios absurdos, enteramente arbitrarios,
aquello que creen conveniente darle al verdadero productor.
miércoles, 14 de octubre de 2015
El Derecho al Ocio y a la Expropiación Individual – Parte 1
Tu haces un trabajo que te gusta, que tienes una ocupación
independiente y a quien el yugo del patrón no molesta mayormente; tú también
que te sometes resignado o cobarde en tu calidad de explotado: ¿cómo te atreves
a condenar así, tan severamente, a aquellos que ha pasado al plano de ataque en
contra del enemigo? Una sola cosa te
queremos decir: “¡Silencio!”, por honestidad, por dignidad, por fiereza. -¿No
sientes el sufrimiento de ellos? ¡Cállate!- ¿No tienes la audacia de ellos?
Entonces, otra vez ¡cállate! Cállate, porque tú no sabes las torturas de un
trabajo y de una explotación que se odian. Desde hace mucho tiempo se
viene reclamando el derecho al trabajo, el derecho al pan, y, francamente, en
el trabajo nos estamos embruteciendo. No somos más que lobos en busca de
trabajo, -de un trabajo duradero, fijo- y a la conquista de él se encaminan
todos nuestros afanes. Estamos a la pesca continua, obsesionante del trabajo.
Esta preocupación, esta obsesión nos oprime, no nos abandona nunca. Y no es que
se ame al trabajo. Al contrario, lo odiamos, lo maldecimos: lo cual no impide
que lo suframos y lo persigamos por todas partes. Y mientras imprecamos en su
contra, lo maldecimos también porque se nos va, porque es inconstante, porque
nos abandona -después de un breve tiempo: seis meses, un mes una semana un solo
día. Y he aquí que transpuesta la semana, pasado el día, la búsqueda empieza de
nuevo con toda la humillación que ella entraña para nuestra dignidad de
hombres; con el escarnio que implica a nuestras hambres: con la befa moral
nuestro orgullo de individuos conscientes de este ultraje, relajándonos y
pisoteando nuestros derechos rebeldes, de anarquistas.
Nosotros, anarquistas, sentimos la humillación de esta lucha
para huirle al hambre y sufrimos la ofensa de tener que mendigar un pedazo de
pan que nos es concedido de cuando en cuando como una limosna y a condición de
renegar o poner en el desván de los trastos inútiles nuestro anarquismo (si no
queréis usar de medios ilegales para defender vuestro derecho a la vida, sólo
os quedará como lugar de reposo el cementerio), y sufrimos más, porque tenemos
conciencia de la injusticia que se realiza en contra nuestra.
martes, 13 de octubre de 2015
El origen del tango – Parte 2
Las
letras del tango
Los primeros
tangos carecían de letra, pero en algunos casos los músicos la improvisaban en el momento. Los intérpretes emitían
exclamaciones de admiración cuando alguno de los caballeros se lucía con su
compañera en la pista de baile.Este fue el origen de las letras de los tangos.
Estas describían el ambiente en el que se encontraban, por esta razón se
consideraba prohibida, porque eran bastante obscenas, prostibularias y
demostraban poca educación. Pero a su vez, también en algunas partes de
Buenos Aires, comenzaba a hacerse poesía de las letras de tango, en la que se describía
el rufianismo. Se originó el “compadrito”, que era un hombre de escabio,
mujeres y cuchillo.
Era orgulloso, terco y malevo y lo demostraba en el coraje,
en el dominio sobre las mujeres y el arma blanca. Durante cierto tiempo,
los autores, Antonio Viergol, Luis Roldán, Pérez Freiré y otros, trataron sobre
todos estos temas. Pero en 1920 apareció Pascual Contursi, que es considerado
el más importante letrista del tango. Con él se originó la letra con
argumento y narrativa, sirviendo como ejemplo su mayor éxito “Mi noche triste”.
Los compadritos no sentían dolor ni lloraban sus penas, en cambio Contursi
describía la melancolía y el dolor del alma por una mujer perdida. Contursi
trató de despojar sus tangos de toda alusión obscena. Hoy en día son muy pocos
los tangos instrumentales, casi todos están acompañados por letra.
Ambiente
del tango
El tango nace
en la ribera del Riachuelo, en
los boliches de carreros y cuarteadores, y en los conventillos del barrio Sur.
La clase social en la que se desarrolla, se denomina criolla-inmigratoria.
Estaba compuesta por marineros, artesanos, cuarteadores, peones y otros
trabajadores de este estilo. Generalmente, son hombres que están solos, o que
dejaron a sus familias en su país natal, y frecuentan los boliches o casas de
bailes para divertirse. De allí surgieron los guapos, los malevos y los
compadritos de los que hablan tantas canciones. Algunos lugares en los que se
encontraban eran el Café Sabatino, el Almacén de la Milonga y el Viejo Bailetín
del Palomar. Este sector de la sociedad se sentía muy identificado con las
letras de tango, ya que ellas se basaban en la “mala vida”. Por esta razón se
hizo tan popular.
Las
primeras agrupaciones de tango
Los primeros
conjuntos que existieron fueron los Tríos, que estaban compuestos por flauta,
violín y guitarra. A fines del siglo XIX se sumó el bandoneón. Sin embargo, la
realidad marcaba que los conjuntos estaban integrados por la cantidad de
músicos que pudiesen encontrar y mantenerse. En un conjunto podía haber
arpistas, mandolinistas o pistonistas. Estas agrupaciones cambiaban de elenco
constantemente, ya que las empresas solían contratarlos para armar su propia
agrupación.

El primer conjunto que
se recuerda estaba integrado por Sinforoso en el clarinete, y Casimiro Alcorta
en el violín, y solían presentarse en prostíbulos alrededor de 1870. A partir del 1900
aparecieron los cuartetos y los quintetos, pero esto no significó la
desaparición de los dúos. Con el paso de los años, los pequeños conjuntos se
fueron agrupando hasta formar la Orquesta Típica que causó furor en el pueblo.
El Portal del Tango
http://www.elportaldeltango.com/historias/origen.htm
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