miércoles, 24 de junio de 2015

El juicio por los obreros de Astarsa – Parte 2

En la madrugada del 23 al 24 de marzo de cada año, la Comisión vuelve a donde vuelven muchos de esos navieros: la plaza Canal, a media cuadra de la estación Carupá de la línea Mitre, en el límite entre San Fernando y Tigre, sobre la Ruta 197, donde llegaban los obreros de Astarsa para hacer las diez cuadras que separaban la estación de la fábrica. 
“Es un lugar histórico porque ahí se hicieron asambleas obreras de 3500 trabajadores y, en la década del ’70, las ollas populares de los días de huelga.”

A comienzos de 1976, los obreros de la naviera llevaban tres años manteniendo el control obrero de la fábrica: Astarsa era uno de los astilleros más importantes, con 1500 trabajadores de los cuales 700 eran navieros y 800 metalúrgicos. En 1973, el proceso comenzó con la muerte de José María Alessio. 
Hasta ese momento, el trabajo parecía convertirse en una condena a muerte: trabajan doce horas por reglamento y sabían que con la fabricación de cada barco, durante catorce meses de trabajo, uno o dos compañeros se moría. Aquella muerte disparó la huelga, en medio de un proceso que venía creciendo por abajo, entre otras cosas a partir de la llegada a la escuela de oficios de la fábrica de una camada de jóvenes, cercanos o que comenzaron a estar próximos a la Juventud Sindical de Montoneros. 
Tras la huelga, tomaron el control de la Comisión de Seguridad e Higiene, y en los siguientes tres años no hubo muertos. Pasaron a trabajar 6 horas 45 minutos, y se movilizaron y consiguieron la liberación de muchos de ellos en 1975, cuando un grupo de trabajadores fue secuestrado y torturado por grupos paramilitares.

Luis Benencio es un testigo histórico de la causa, porque estuvo a cargo de esa Comisión de Seguridad: “Nosotros no estábamos ahí el día del golpe, pero teníamos compañeros adentro”, dice a Página/12. “Estábamos avisados desde antes, muchos de los activistas veníamos levantados y bancados por la organización, o sea que hacíamos el trabajo desde afuera.” 
Hacia adentro y a esa altura habían armado una agrupación no visible: “De este modo supimos y conocimos lo que pasó con las listas”.

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