El
Alcalde Grigera fue favorecido por una ley sancionada por la Asamblea General
Constituyente reunida en 1813, que otorga el perdón a todos los incursos en delitos
políticos y militares con las únicas excepciones expresas de Cornelio Saavedra
y Joaquín Campana. A Cornelio Saavedra, después de muchas vicisitudes, lo
rehabilitan en 1818, permitiéndole regresar a Buenos Aires, restituyéndole su
grado militar y asignándole un cargo en el ejército. Pero ninguno de los dos
aboga por la libertad de Joaquín Campana, que sigue preso hasta 1822.
Evidentemente su vinculación más fuerte es con José Artigas, al menos desde el
punto de vista de sus captores.
Luego de su liberación se traslada con su familia a la localidad bonaerense de
Chascomús, donde ejerce como Juez de Primera Instancia en la Campaña hasta
1829. Este año se embarcó en la goleta Rosa rumbo a Montevideo, con el
propósito de radicarse definitivamente en esta ciudad para ejercer su profesión
de abogado. La Provincia Oriental ya se había independizado y en virtud de su
nueva Constitución de 1830 elige su primer Cuerpo Legislativo.
Pero el Dr. Joaquín Campana no había sido olvidado entre sus compatriotas, a
pesar de los muchos años de reclusión, y tiene el privilegio de resultar electo
por el sufragio de sus conciudadanos para formar parte de la primera
Legislatura instalada en la nueva República, en calidad de Senador, siendo
posteriormente reelegido varias veces, llegando a desempeñar la Vicepresidencia
del Cuerpo por un período.
En mérito a su prestigio intelectual como abogado, la Asamblea General lo
designa miembro del Tribunal Superior de Justicia, y en el desempeño de esta
importante función debe cumplir una misión diplomática ante el gobierno
argentino, relacionada con la navegación en el Río de la Plata. Su eficaz
gestión conformó a los dos gobiernos y sentó las bases jurídicas de los
subsiguientes protocolos que regularon estos temas por varias décadas.
Durante la Presidencia de Manuel Oribe se dedica a promover la cultura y la
educación, pasando a desempeñar el cargo ejecutivo de Inspector General de
Instrucción Pública, a la vez que ocupa la Cátedra de Filosofía a nivel
universitario. En 1839 preside la apertura de la Academia Teórico Práctica de
Jurisprudencia en Montevideo, pero debido al cambio de gobierno forzoso que se
procesa a fines del año anterior, se ve obligado a mudarse otra vez a Buenos
Aires, donde permanece hasta su muerte, ocurrida el 12 de setiembre de 1847.
La gestión de Joaquín Campana como Secretario de Gobierno de la Junta Grande
Veamos ahora cuales son los principales logros e hitos durante los cinco meses
de gestión de Campana como Ejecutivo de la Junta Grande.
En principio corresponde dejar establecido el hecho de que antes de ocupar
Campana su importante cargo, la Junta Gubernativa había enviado a Manuel de
Sarratea en misión oficial a Rio de Janeiro en sustitución del fallecido
Mariano Moreno. Manuel de Sarratea está notoriamente vinculado a la “Sociedad
Patriótica”, o sea, al partido del anterior Secretario destituido por el
movimiento de los orilleros, Hipólito Vieytes. También milita en este partido
el responsable político del Ejército en el Alto Perú, Juan José Castelli. De
modo que su gestión tiene “dentro” a varios “enemigos” que pronto habrán de
jugar muy fuertemente en contra del cumplimiento de los objetivos políticos y
militares que Joaquín Campana y la Junta Grande se proponen.
El primer efecto positivo del gobierno de Joaquín Campana consiste en favorecer
la insurrección popular en la Banda Oriental, dejándole ejercer un notorio
protagonismo a José Artigas, que este aprovecha hasta lograr su resonante
triunfo en la Batalla de Las Piedras, el 18 de mayo de 1811, sitiando por
tierra la fortaleza de Montevideo. Este éxito inicial obviamente consolida la
posición política de Joaquín Campana, de Cornelio Saavedra y de la Junta
Grande, y por lo mismo resulta muy molesto para sus adversarios, quienes
procuran estancar la situación y evitar un asalto sobre Montevideo, que de
producirse hubiera consolidado definitivamente al gobierno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario