En
1775 la familia Campana Espíndola está establecida en Maldonado por lo menos
hasta 1787, donde Joaquín recibe el sacramento de la Confirmación en 1779. En
1795 hay documentos que ubican a la familia en Montevideo, y luego pasa a
radicarse definitivamente en Buenos Aires desde 1797, donde Andrés Campana se
desempeña como “Guardia Resguardo de Rentas”.
Al llegar a Buenos Aires Joaquín Campana ya tiene 24 años de edad y seguramente
cursó sus estudios primarios y secundarios en Maldonado y Montevideo
respectivamente. Era un oriental de cabo a rabo. Sería una gran casualidad que
habiendo vivido tantos años en la Banda Oriental la familia Campana no tuviera
ninguna relación con la familia Artigas, que eran varios y muy conocidos e
insertos en la comunidad.
Por lo mismo, cabe deducir que también conocía al sacerdote José Benito
Monterroso, que llegó a Buenos Aires poco después que los Campana Espíndola, y
también cursó sus estudios superiores en la Universidad de Córdoba entre 1798 y
1803, fecha en que asume la Cátedra de Filosofía en esta casa de estudios.
El 4 de Junio de 1803, terminados sus estudios en Córdoba, el Dr. Joaquín
Campana fue habilitado como Agente Fiscal de la Real Hacienda, cargo que
desempeñaba al producirse las invasiones inglesas.
Participa activamente en el movimiento popular que acaudillado por Martín de
Álzaga ofrece tenaz resistencia a la ocupación británica. El 14 de agosto de
1806 está presente entre las 96 personas que concurren al Cabildo Abierto que
resuelve destituir al Virrey Sobremonte del mando militar de la ciudad de
Buenos Aires, imponiendo como General en Jefe a Santiago de Liniers. En una
carta dirigida al “Príncipe de la Paz” el destituido Marqués de Sobremonte
manifiesta “que el abogado Joaquín Campana había tomado la palabra en aquel
Cabildo junto con otros revolucionarios quienes eran los cabecillas que dijeron
al pueblo que tenía autoridad para elegir mandatario”.
El 18 de noviembre de 1806 el Coronel Cornelio Saavedra certifica que Joaquín
Campana revista como oficial del Regimiento de Patricios, con el grado de
Capitán de la Segunda Compañía, participando también en tal carácter en los
combates de 1807.
Participa activamente en el proceso que conduce a la formación de la Junta
Gubernativa. En el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 vota en contra de
Cisneros y en apoyo de la fórmula propiciada por Cornelio Saavedra.
Aparentemente ocupa un rol secundario durante el período de la Primera Junta,
seguramente vuelve a sus actividades como abogado o como fiscal. Hay un enorme
e inquietante vacío documental en este período de su vida, similar al misterio
que hay sobre la actividad de José Artigas en 1810 y en el primer trimestre de
1811, justamente y casualmente cuando ocurre su presencia en Buenos Aires.
La cuestión es que protagoniza la movilización de los orilleros del 5 y 6 de
abril, y luego ocupa la Secretaría de Gobierno hasta el 16 de setiembre de
1811, momento en que es desplazado y arrestado por orden del Primer Triunvirato
establecido por presiones del Cabildo de Buenos Aires y de la “Sociedad
Patriótica” porteñista.
Desde la fecha de su arresto queda confinado en el Fortín de Areco hasta que
resulta beneficiado por la “Ley de Olvido” de 1822. En Areco pasa sus años más
duros, sometido a todo tipo de privaciones junto a su familia. No deja de ser
muy significativo el hecho de que es liberado de su confinamiento después de la
internación de José Artigas en el Paraguay, lo cual permite reforzar la idea de
una vinculación ideológica y política entre ambos. Más aun considerando que al
Alcalde Tomás Grigera, que también es sometido a prisión por el Triunvirato, lo
dejan libre casi enseguida en 1813 e incluso le otorgan tierras y cargos desde
1814.
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