domingo, 7 de abril de 2013

DARDO ROCHA 'EL PADRE DE LA PLATA' – parte 3



Con su consejo preponderante ante los hombres y su acción individual aislada, Rocha logró sofocar el estallido y el gran éxito de su atinado patriotismo lo elevó aún más ante la estima y juicio de los ciudadanos.
Rocha pacificador, apoyó la gestión constructiva del Presidente Avellaneda precisamente cuando más rivalidad había entre provincianos y porteños.
El momento hizo ver al Dr. Rocha la urgencia de afirmar nuestro nacionalismo conteniendo la hegemonía bonaerense y fue por el levantamiento armado del Gobernador Tejedor, asumiendo la representación de la altiva Buenos Aires, frente a la soberanía nacional, que pudo solucionar el grave problema institucional y político que amenazaba quebrar el federalismo argentino, cuyo afianzamiento había costado tantas luchas entre las provincias (antes y después del Gobierno de Rosas).
La solución para contener ese enojoso y perturbador antagonismo, la encontró el Dr. Rocha rigiendo los destinos de la primera provincia argentina con su proyecto de Fundación de La Plata; que resolvió el viejo problema de la Capitalización de Buenos Aires, alrededor del cual giraron todos los conflictos y luchas civiles que se dieron por la coexistencia imposible de las autoridades nacionales y provinciales en la misma capital.
Fue ceder patrióticamente a la Nación, la gran ciudad cumpliendo con una de las finalidades determinantes de la Constitución del 53, la de integrar junto con la delimitación territorial, la organización política definitiva del país.

Una leve inclinación de cabeza, su particular sonrisa, y en la diestra la clásica galera, qué porteño atropellado, estresado o el pacífico concurrente a un café en la vereda repara en que uno de esos caballeros que transitan por la calle Lavalle, es el ilustre arquitecto de sus sueños que cristalizaron en la construcción de una cuidad distinta a todas por sus edificios, sus sabios, sus artistas, sus mujeres, sus poetas...

Es DARDO ROCHA, una reliquia histórica, un jefe de familia sencillo, un porteño genuino que en su trato, tanto en los círculos políticos y sociales como a su paso por la calle mostraba el rasgo espontáneo de su franca simpatía.

Dijimos que se identificaba como un porteño genuino, basándonos en sus propias palabras, recogidas por su amigo Honorio Senet en su libro "De lo nuestro" , decía así: "...soy uno de los vecinos más antiguos de Buenos Aires, por cuanto sigo habitando el mismo solar, en la calle Lavalle en que mis antepasados más remotos edificaron su casa colonial...".

Rememorar el palacete neoclásico de líneas renacentistas es sumergirnos en el selecto espíritu de este anciano de silueta inconfundible, ya que constituyó la culminación del extraordinario esfuerzo de Rocha coleccionista. Reunió piezas importantes como muebles de época de Carlos III, valiosas porcelanas, destacándose un plato de Rhodas en mayólica del siglo XVI, un jarrón chino, un cántaro italiano y muchos mas objetos de arte. Recordemos que el Dr. Rocha donó dos momias egipcias y una estatua yaciente de Guidarello Guidarelli (copia), cuyo original esta en la Academia de Bellas Artes de Ravena (Italia), al Museo de Ciencias Naturales local. 

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