sábado, 12 de febrero de 2011

BATALLA DE HUAQUI - 20 de junio de 1811 – parte 2



Luego se le confió a Güemes la misión de ocupar la ciudad de Tupiza, la que verificó sin resistencia alguna. Después seguiría a Tarija donde formaría una división de voluntarios que se sumaría a los ya reclutados en los Valles de Salta y Jujuy.

Entre tanto el grueso de las fuerzas realistas al mando de José de Córdova había establecido su cuartel general en Cotagaita. a 400 kilómetros al norte de Jujuy.

Ya próximos ambos enemigos, Córdova adopta una actitud defensiva o mejor dicho cautelosa, ya que el jefe realista, militar experimentado, no conocía a su enemigo y prudentemente decide esperar a que los revolucionarios realicen los primeros movimientos.

González Balcarce tomó la iniciativa. Primero se aseguró de haber recibido las cargas de municiones de la artillería, luego avanzó y se situó en Cazón a 3 leguas de las trincheras enemigas.

Antes de iniciar el combate, González Balcarce dirigió un oficio “A los Señores Generales, comandante de los cuerpos y oficiales de la tropa del Alto Perú”, indicándoles sus buenas intenciones e invitándoles a rendirse o retirarse. Actitud soberbia para un principiante de la guerra ante experimentadas fuerzas reales. Soberbia que no se respaldaba tampoco en lo estratégico ya que las fuerzas patrias contaban con menos hombres y material bélico, sitiando a fuerzas más numerosas, mejor armadas, experimentadas y muy bien atrincheras en una fortaleza natural inexpugnable.

El resultado es absolutamente lógico: en este desafortunado encuentro las fuerzas patrióticas perdieron tres hombres, cuarenta y cinco heridos, siete prisioneros y una decena de efectivos se pasaron al bando realista. Afortunadamente el enemigo no intento perseguirlo puesto que no contaba con cabalgaduras.

Suipacha

Luego de Cotagaita las fuerzas patriotas retrocedieron a Tupìza donde se reorganizaron. Al corpo central se suman las fuerzas gauchas y milicianas de Salta, Jujuy, Tupiza y Tarija, unos 200 hombres más la incorporación de 100 hombres de Buenos Aires que venían del sur.

Córdova, habiendo observado la incapacidad militar de González Balcarce, avanza seguro de vencer a un enemigo tan inexperto. El 5 de noviembre las fuerzas realistas comenzaron la marcha hacia Tupiza, luego de recibir refuerzos de Nieto con 200 veteranos provenientes de Chuquisaca. Al día siguiente Balcarce desalojó ese pueblo, que fue ocupado por los realistas, y se situó en Nazareno el 6 de noviembre, ubicado sobre el río Suipacha frente a la población de Suipacha, en donde recibió refuerzos provenientes de Jujuy con dos piezas de artillería.

Córdova recibe informes de sus espías sobre la moral combativa de las fuerzas de González Balcarce, convenciéndose de que se retiraban descontentos y mal armados y por lo tanto sería relativamente fácil dispersarlos. Lo que no tiene en cuenta es la actitud de las milicias gauchas de Güemes que se encuentran expectantes y muy concentradas.

González Balcarce ordena retroceder a Tarija dejando a las fuerzas Milicianas Gauchas como resguardo de retirada. Córdova y Nieto viendo el retiro de tropas patriotas deciden perseguirlo al día siguiente y ordenan acampar sus tropas al margen del río Suipacha.

Este es justamente el momento clave, las tropas concentradas en Nazareno a las órdenes de Güemes, acompañadas de la caballeria chicheña de Tupiza comandada por el coronel Pedro Arraya – imprevistamente - atacan el Campamento realista de Suipacha el 7 de Noviembre obteniendo un triunfo contundente.

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