
Recordamos el paso del escritor por el Barrio entre los años 1934 y 1951.
Vivió junto a su madre María Herminia Descotte y a su hermana Memé en la apacible casa de la calle General Artigas 3246, ubicada en el triángulo delimitado por las calles Tinogasta, Zamudio y Avenida San Martìn, más conocido como Barrio Rawson.
Por aquel entonces, el jóven escritor ejercía como profesor de nivel secundario en escuelas de las Ciudades de Chivilcoy y Bolívar por lo que visitaba el barrio los fines de semana o en vacaciones.
En el año 1951, poco antes de radicarse definitivamente en París, escribe Bestiario, y en el cuento Omnibus deja retratado el clima del barrio:
" ... A las dos, cuando la ola de los empleados termina de romper en los umbrales de tanta casa, Villa del Parque se pone desierta y luminosa. Por Tinogasta y Zamudio bajó Clara taconeando distintamente, saboreando un sol de noviembre roto por islas de sombra que le tiraban a su paso los árboles de Agronomía. En la esquina de Avenida San Martín y Nogoyá, mientras esperaba el ómnibus 168, oyó una batallla de gorriones sobre su cabeza, y la torre florentina de San Juan María Vianney le pareció más roja contra el cielo sin nubes, alto hasta dar vértigo. Pasó don Luis, el relojero, y la saludó apreciativo, como si alabara su figura prolija, los zapatos que la hacían más esbelta, su cuellito blanco sobre la blusa crema. Por la calle vacía vino remolonamente el 168, soltando su seco bufido insatisfecho al abrirse la puerta para Clara, sola pasajera en la esquina callada de la tarde."
Nelly Schmalko, que en el año 1977 le adquirió la casa a los Cortázar, y así lo relató:
" Vivía con mis hijos en Reconquista y Paraguay, y estaba buscando un barrio más tranquilo y con mucha naturaleza. Fue así que leí en el diario el aviso de venta del departamento, aquí en Agronomía, sin saber en ningún momento que era la casa de Julio Cortázar.

Cuando llegamos con la gente de la inmobiliaria, hablaban de la señora Cortázar, allí dudé ya que ese apellido no era muy común. Mis dudas se aclararon para mí sorpresa, cuando entré a la casa y ví las fotos de Julio en los ambientes, y además estaba la hermana Memé que era igual que él.
En ese momento me invadió una alegría inmensa ya que era mi escritor preferido y conocía toda su obra hasta ese momento, hecho que a la madre la puso muy contenta.
La anécdota fue, que la operación se demoró siete meses, ya que intervenía un apoderado, por que Cortázar vivía en París y por aquel entonces - en pleno gobierno de facto - no vistaba a la Argentina.
En ese lapso de tiempo se produce un importante aumento de las propiedades, lo que me impedía concretar la compra. Mi satisfacción fué cuando un día recibí una carta de Julio Cortázar en la que me decía que el iba a respetar el precio pactado originariamente para que yo finalmente me quedara con la casa. El se haría cargo de la diferencia para comprarle a su madre un departamento en Villa del Parque.
Lo importante de esta anécdota, fue el valor de su palabra, plasmado no sólo en su obra si no que también demostraba su integridad como ser humano. El legado que nos dejó es el mueble de su biblioteca, a la cual Julio Cortázar le dedicó el poema "Rechiflao en mi tristeza".
http://www.parquechasweb.com.ar/parquechas/notas/Nota_cortazar.htm" Vivía con mis hijos en Reconquista y Paraguay, y estaba buscando un barrio más tranquilo y con mucha naturaleza. Fue así que leí en el diario el aviso de venta del departamento, aquí en Agronomía, sin saber en ningún momento que era la casa de Julio Cortázar.

Cuando llegamos con la gente de la inmobiliaria, hablaban de la señora Cortázar, allí dudé ya que ese apellido no era muy común. Mis dudas se aclararon para mí sorpresa, cuando entré a la casa y ví las fotos de Julio en los ambientes, y además estaba la hermana Memé que era igual que él.
En ese momento me invadió una alegría inmensa ya que era mi escritor preferido y conocía toda su obra hasta ese momento, hecho que a la madre la puso muy contenta.
La anécdota fue, que la operación se demoró siete meses, ya que intervenía un apoderado, por que Cortázar vivía en París y por aquel entonces - en pleno gobierno de facto - no vistaba a la Argentina.
En ese lapso de tiempo se produce un importante aumento de las propiedades, lo que me impedía concretar la compra. Mi satisfacción fué cuando un día recibí una carta de Julio Cortázar en la que me decía que el iba a respetar el precio pactado originariamente para que yo finalmente me quedara con la casa. El se haría cargo de la diferencia para comprarle a su madre un departamento en Villa del Parque.
Lo importante de esta anécdota, fue el valor de su palabra, plasmado no sólo en su obra si no que también demostraba su integridad como ser humano. El legado que nos dejó es el mueble de su biblioteca, a la cual Julio Cortázar le dedicó el poema "Rechiflao en mi tristeza".
Diario Clarín
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