Progresistas eran los de antes, los de la colonia, los que buscaban el bienestar de los pobladores...
Once fueron en total los virreyes del Río de la Plata, sistema de gobierno que se prolongó durante treinta y cuatro años. Entre todos ellos, han de señalarse por su acción progresista, Pedro de Cevallos y Juan José de Vértiz y Salcedo. Cevallos que gobernó dos años, logró la definitiva expulsión, de los portugueses de la Banda Oriental, asegurando así el dominio español en ambas márgenes del Plata.
Vértiz, su sucesor, desempeñó el cargo durante seis años, en cuyo transcurso completó muchas de las obras iniciadas por él mismo cuando fue gobernador. Se ocupó activamente de todo cuanto se relacionara con el bienestar y con el progreso de la colonia.
En 1779 fundó la Casa de Expósitos, para hogar y asilo de los niños desamparados. En 1780 adquirió la impresora y tipos que había funcionado en el Colegio Montserrat de Córdoba y la hizo trasladar a Buenos Aires, que tuvo así su primera imprenta, instalada en la Casa de Expósitas. A partir de 1780 dispuso que hubiera alumbrado público las calles, lo que le valió entre el pueblo el apodo de Virrey de las luminarias. En 1783 creó el Real Colegio de San Carlos, primer instituto de enseñanza superior que hubo en Buenos Aires. Fue, además, un propulsor sincero de cuanta actividad cultural se insinuase en la colonia; por esta razón, anticipándose a su época y superando recelos y prejuicios, amparó el teatro.
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