Tardes en familia, caminatas en pareja, vacaciones de verano y festejos de fin de año. Son pequeños pasos, pero unen grandes historias. En el corazón de Vicente López, las escalinatas de las calles Roca y Madero, que eran utilizadas por los seguidores de Perón para visitarlo en la residencia luego de su exilio, acaban de ser remodeladas y puestas en valor para recuperar un símbolo del Partido.

Hotel Edén. Atraía a muchos turistas. Fue demolido en 1934.
(Foto: Guillermo López).
Actualmente, las escaleras son una continuación de la
calle Madero que desemboca en Roca. Sin embargo, hace muchos años, cumplían
otra función. En el siglo 18, existían en la zona las famosas “estancias de
veraneo”, donde comerciantes y profesionales con un alto poder adquisitivo
gozaban de unas lujosas vacaciones. Una de las más relevantes fue la “Quinta
de San Antonio”, un establecimiento que contaba con una importante
infraestructura colonial. Allí se hospedaron personajes relevantes como el ex
gobernador de Buenos Aires, Miguel Salcedo, y el
Virrey Juan José de Vértiz.
Hacia principios del siglo pasado, una vez que las tierras
pasaron a manos del empresario Cristóbal de Accini, se convirtieron en el
lujoso “Hotel Edén” y luego “Parque Hotel”, un lugar que atraía
a muchos turistas.“En 1934 fue demolido, en parte, porque se transformó casi en
un hotel alojamiento con mala fama”, asegura el fundador y presidente del
“Centro de Investigación Histórica Vicente López”, Guillermo López. Las
escalinatas de Roca y Madero eran las laterales del antiguo hotel.
Perón y las escalinatas históricas.
Luego de su exilio en España, Perón vivió en Gaspar
Campos 1065,una residencia que estaba cerca de la zona. Una multitud de fieles
seguidores se reunía en el lugar, recorría las
calles y atravesaba las famosas escaleras para intentar ver a su
líder.
A pocas cuadras, en Avenida Del Libertador y
Urquiza funcionaba"Nino", un histórico restorán y boliche bailable donde
Perón asistía regularmente. El 19 de noviembre de 1972, el ex presidente se
encontró allí con el histórico político radical Ricardo Balbín y se
fundieron en un abrazo para lograr una "unidad nacional".
Las escaleras formaron parte de la vida de muchos: tardes
familiares, caminatas en pareja y recorridas en bicicleta. Por otro
lado, al subir los escalones y caminar unas cuadras por la calle
Madero hasta llegar a un punto de encuentro en Penna y Joaquín V. González, los
vecinos todavía se juntan para recibir fin de año con un tradicional festejo.
Una vecina de Olivos, Hilda Tercic, cuenta su historia con
respecto a las escaleras: “Las he recorrido durante mi adolescencia. En esa
época, estaba de novia y caminábamos juntos por la zona”. Y agrega: “Fue y es
parte de mi vida y la de muchos vecinos. Me gustaría que la sigan
disfrutando las futuras generaciones”.
En los últimos años, la estructura se encontraba muy
deteriorada. Los muros de contención tenían rajaduras, las paredes estaban
pintadas con grafitis, no había mucha iluminación y la vegetación era
incontrolable.
Historia. Así lucían en el siglo pasado. (Foto: Cristina
Mirabelli).
“La intervención, que se hizo en consenso con un grupo de
historiadores, se produjo en el marco de ‘Acupuntura Urbana’, un programa
que pone en valor espacios patrimoniales y paisajísticos de Vicente López”,
informan desde la Municipalidad. Y añaden: “Se realizó una limpieza
profunda de las paredes y ladrillos para recuperar su forma original, se
hicieron todos los revoques a nuevos y se completaron las piezas faltantes del
lugar. Por otra parte,instalamos luminarias y generamos un espacio
agradable con vegetación”.
Sin embargo, hay opiniones dispares sobre la remodelación.
La historiadora y vecina del barrio Cristina Mirabelli dijo al respecto: “Nos
enteramos de una micro intervención en las escalinatas que formaron
parte de la Quinta San Antonio, con el característico aporte de cemento y un
cartelito que saca de contexto y distorsiona el sentido patrimonial. Tememos
que nuestra ciudad pierda su identidad y se convierta en un ‘no lugar’ ”.
Las escalinatas son parte de la idiosincrasia del Partido, un
símbolo que perdura con el paso de los años. “Para mí, el proyecto es
indispensable para recuperar nuestra identidad. Un pueblo sin identidad ni
historia es propenso al olvido”, destaca López.
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