La jura de la Primera Junta inició un período de guerras
con España. En 1816 las Provincias Unidas declararon su independencia, que fue
seguida por un ciclo de pactos y combates entre caudillos
La crisis del Imperio español, desatada en 1808 a partir de la invasión
de Napoléon a la península, provocó grandes cambios en los territorios
americanos. Preso el rey Fernando VII, algunas ciudades –como México y Caracas– decidieron formar sus
propias juntas de gobierno. En Buenos Aires, la Primera Junta se
conformó el 25 de mayo de 1810. Sus integrantes declararon lealtad al rey
prisionero, sin embargo debieron enfrentar a los ejércitos realistas que se
oponían al gobierno autónomo de los criollos. Fue el inicio de un larga guerra
que se desarrolló en varios frentes por toda América, de la que participaron
militares profesionales como José de San Martín –nacido en Yapeyú pero educado y fogueado como militar en
España– e intelectuales con vocación patriótica, como el abogado
Manuel Belgrano, quien creó la bandera argentina en 1812.
Las Provincias Unidas
del Río de la Plata optaron por declararse independientes, y concretaron su
objetivo el 9 de julio de 1816, durante un Congreso celebrado en Tucumán. A
partir de entonces comenzó la discusión acerca de cuál era el régimen de
gobierno más adecuado para el nuevo Estado. Las diferencias de criterio entre
Buenos Aires, que bregaba por una organización centralista; y el resto de las
provincias, que apostaban al federalismo, pronto se mostraron profundas e
insalvables. La imposibilidad de alcanzar acuerdos llevó a las provincias a
enfrentarse por las armas. Bajo ese clima de desconfianza e incertidumbre, el
debate acerca de la organización del país fue pospuesto para tiempos futuros. A
lo largo de toda la década del 20, ante la falta de consensos para constituir
un poder central, las provincias convivieron entre pactos y guerras. Pese a
numerosos intentos, no se logró sancionar una Constitución que instituyera la
Nación y estableciera sus leyes fundamentales. El proyecto más serio fue
plasmado en 1826, cuando se sancionó una Constitución impulsada por los
unitarios que rodeaban a Rivadavia. Como era de esperarse, el texto fue
rechazado de plano por las provincias. Ese mismo año, además, el Imperio del
Brasil le declaraba la guerra a las Provincias Unidas para disputarle el
control de la Provincia Oriental del Río de la Plata. Los combates comenzaron
siendo favorables para las fuerzas locales, pero Brasil estableció un bloqueo
del puerto de Buenos Aires que duró toda la guerra y que causó estragos
económicos. Esta crisis debilitó al gobierno central, que finalmente cayó en
1827. Para entonces, el conflicto entre unitarios y federales había ido
creciendo en intensidad hasta convertirse en una guerra civil, que tuvo como
protagonistas a los jefes provinciales y caudillos “a la cabeza de milicias rurales”, y hombres
provenientes del ejército que movilizaron sus tropas para intervenir en la contienda
https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/revolucion-guerra-rio-plata-1810-1829_0_HJtQDrIRpYx.html
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