Cuál es la avenida que empieza en Cabildo y termina en
Cabildo? Muchos creen que se trata de una pregunta engañosa y responden:
“Cabildo”. Pero no. Buenos Aires tiene una avenida de un kilómetro de extensión
cuyo trazado curvo, como si fuera un gigantesco boomerang, le otorga esa
curiosa característica que la convierte en algo distinto en la Ciudad.
Con un amplio diseño de boulevard, que en el medio adornan
las plazoletas, la avenida San Isidro, en el barrio de Saavedra, formó parte de
lo que era el viejo Camino Real. Su original recorrido tiene relación con el
trayecto que hacían las carretas para buscar un vado que les permitiera cruzar
el arroyo Medrano, hoy entubado bajo la avenida García del Río, la calle Ruíz
Huidobro y la avenida Comodoro Rivadavia. Y desde octubre de 1914 tiene el
nombre actual que la identifica en la nomenclatura. San Isidro comienza en
Cabildo, a metros de la calle Paroissien, y termina en la avenida Cabildo, muy
cerca de la calle Vedia y de Puente Saavedra.
Su nombre homenajea a Isidro Labrador, quien vivió entre
1080 y 1130. Nacido en el entonces pequeño pueblo agrícola de Madrid (en ese
tiempo se consideraba que la capital del reino español era Toledo), el hombre
que luego llegaría a santo tenía ese agregado a su nombre (derivación de
Isidoro) por los trabajos que hacía en las tierras de una familia de apellido
Vargas. Por su obra y sus milagros, el labrador fue canonizado el 12 de marzo
de 1622.
Y como no podía ser de otra manera, el símbolo de este gran
boulevard porteño es la parroquia dedicada a San Isidro Labrador.
Fue erigida
en un terreno donado por la familia Martínez Justo y construida con el apoyo
económico de Concepción Unzué, en memoria de su esposo Carlos Casares, quien
fuera gobernador bonaerense. La piedra fundamental se colocó el 15 de mayo de
1930 y dos años más tarde la iglesia fue bendecida por el arzobispo Santiago
Copello. El diseño del templo estuvo a cargo del arquitecto Carlos Massa.
La estructura de la parroquia es monumental: mide 47 metros de largo por 20
de ancho. Y su torre está rematada por una cúpula de estilo neobizantino.
Además, como el antiguo nivel de la calle fue bajado tres metros, la iglesia
quedó en una posición elevada, lo que le agrega majestuosidad.
Pero lo que más impacta de su imagen externa es la fachada:
es una réplica casi exacta de la del templo de la vieja Universidad de San
Francisco Xavier (fue fundada el 27 de marzo de 1624; en días cumplirá 388
años), en la ciudad boliviana de Chuquisaca (actualmente llamada Sucre). La
diferencia es que aquella tiene dos torres. No está de más recordar que en esa
universidad se formaron figuras históricas de la Revolución de Mayo, como
Mariano Moreno, Bernardo de Monteagudo o Juan José Castelli.
También, dentro del
edificio de Saavedra, hay un mural pintado con vivos colores sobre cerámica.
Ocupa 8 metros
de alto por 5 de ancho y fue realizado por Raúl Soldi. Allí está representado
el nacimiento de Jesús.
Como se puede ver, Buenos Aires siempre tiene algún rincón
poco conocido y con datos que forman parte del pasado y el presente de la
Ciudad. La avenida San Isidro no es la excepción. Y no sólo está su llamativo
trazado y la valiosa iglesia. En el comienzo obliga a una mirada una escultura
de bronce con un mástil conocida como “La Agricultura”. Junto con otras tres
similares, formó parte del famoso Pabellón Argentino, que se lució en la
Exposición Universal realizada en París en 1889, edificio que los argentinos no
supimos conservar. Pero esa es otra historia.
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