La firma del tratado de Benegas
tuvo una importancia estratégica para el dominio de Buenos Aires sobre las
provincias del Interior Argentino.
1.- Cuadro de situación hacia 1820.
En México a las hordas fanatizadas del heroico cura Hidalgo, que daban batallas
campales y mantenían un centro político en Guadalajara, habíase sustituído
después de su fusilamiento – 1 de agosto de 1811 - las guerrillas invisibles y
astutas del cura Morelos, que pudieron mantenerse durante cuatro años, hasta el
fusilamiento de su jefe en 1815. No acabó la RESISTENCIA con la muerte de
Morelos; todo el país estaba encendido en guerrillas contra las tropas
realistas del virrey Calleja.
El mariscal Pablo de Morillo organiza una expedición con 10000 hombres y 17
buques de guerra que primeramente estuvo destinado al Río de la Plata pero que
cambió de rumbo al conocerse la caída de Montevideo. Fue a la costa firme
(Venezuela y litoral norte de Nueva Granada). Toma Venezuela y el 29 de mayo de
1816 entra triunfante en Bogotá. Aparentemente no quedaba foco serio de
resistencia al norte de Lima.
El problema social de la revolución venezolana era que los pardos y mestizos de
los llanos se mostraban enemigos de los señoritos caraqueños que habían
iniciado la guerra y declarado la independencia. Con sus grandes caudillos al
frente (Boves y Morales) los llaneros habían batido a Bolívar y Nariño, los dos
jefes rivales de la insurrección, obligándolos a abandonar Caracas.
En el Río de la Plata se trabajaba en varios proyectos constitucionales.
Finalmente predominó la idea de conformar a los constitucionalistas, de paso
disimular el monarquismo, con un Código que permitiera, mediante pocos retoques
a las disposiciones sobre el Poder Ejecutivo, manejarse con el próximo rey del
Río de la Plata. Era un código tan perfecto doctrinalmente que Daonou lo
presentaría como modelo en su cátedra francesa.
Pero nada tenía que ver con la
Argentina. Pueyrredón y sus colegas que trabajaban en estos momentos en la
Constitución la hacen tan monárquica como lo permiten las circunstancias. La
idea era coronar a un príncipe francés que garantizara un ejército para luchar
contra los españoles.
El cargo fue ofrecido al duque de Orleáns que aceptó pero
cambios políticos en el gabinete francés hicieron que naufragara esta
posibilidad. Pero los “afrancesados porteños” no se amilanaron y trataron de
establecer en estas Provincias una monarquía constitucional colocando al duque
de Luca, antiguo heredero del trono de Etruria y entroncado por línea materna
con la dinastía de los borbones. Manuel Gutiérrez, Valentín Gómez y otros
recomiendan esta posibilidad ya que encontraría buena acogida en las
principales cortes europeas.
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