CONTORNO. Continúa O.R.O: “Pasaron el dato de
que calzaba 52 y Pony hizo la suya en EE.UU. Por mi natural desconfianza le
pedí al corresponsal en Chaco que viera al Gigante, le dibujara en una hoja el
contorno de su pie y lo enviara en un sobre de EG. El dibujo del pie del
Gigante viajó como si fuera material periodístico. Adidas tenía fabricación
propia y la hicieron a medida. Calzaba 56 2/3. La de Pony era chica. Sólo me
arrepiento de no haber tomado una foto con la zapatilla y un bebé adentro, para
dimensionar el tamaño”.
ENCUESTA (I). La primera publicada en EG data de 1922. “¿Cómo debería estar
compuesto el team de la Asociación Argentina de Football, encargado de defender
nuestros colores en los próximos encuentros internacionales?”, preguntaba la
revista. Viste Coco, no es tan grave.
LAST REASON. Se llamaba Máximo Saenz y su ingreso a EG fue promocionado como el
de un futbolista: dos personas anunciaban su incorporación dando vuelta alrededor
de la cancha con un cartel. En 1932 empezó a escribir su sección “Todo a
veinte”. Su paso por EG fue breve pero resonante.
GARABITO. El primer fotógrafo. Se llamaba Alberto Palazzo. Amante del tango y
del ciclismo, llegó a Atlántida en 1918, vio nacer EG y no se fue hasta su
muerte (1947). Formó una pareja indivisible con Borocotó.
18. BOROCOTO. Antes de que su hijo le adjetivara el apellido como símbolo de
panquequismo político, Ricardo Lorenzo fue un prócer del periodismo. Nació en
Montevideo, fue obrero del frigorífico Swift, estibador de barcos y chofer de
una familia rica. Esperando largas horas a sus patrones, adquirió el hábito de
leer con avidez y se terminó de formar, ya que sólo había llegado hasta tercer
grado. El seudónimo nació por el ruido que Lorenzo –amante del candombe- hacía
con sus dedos contra el pupitre: bo-ro-co-tó. También firmaba como Lagunero sus
notas de remo y como D. Gancho las de basquetbol. Trabajó en EG entre 1926 y
1955.
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