martes, 11 de octubre de 2016

Los 90 años de El Gráfico - Parte 15


LA LIGA. El Gráfico, impulsado por Orcasitas, presentó la Liga Nacional de básquetbol el 17/9/1982, el sueño del entrenador León Najnudel. Auspició la propuesta en lo conceptual, en la difusión y en lo económico, financiando los primeros gastos. Propuso “revolucionar el básquetbol argentino”. Tres años después arrancó la competencia, de la que se llevan disputadas 24, y que parió a ocho hijos que llegaron a la NBA.

CIMA. El 12/1/1993, EG hizo cima en el Aconcagua, el pico más alto del continente (6.959 metros). El fotógrafo Henry Von Wartenberg lo logró con la bandera de EG.

HAGAN SUS APUESTAS. Anécdota inolvidable. Pelea Alí-Frazier, 1971. La recordó Héctor Vega Onesime, ex director de EG, en su libro “Memorias de un periodista deportivo”. La pelea fue en Nueva York un lunes a la noche y EG postergó un día su cierre para incluirla. Emilio Laferranderie (El Veco) estaba como enviado de la Editorial y se decidió que cubriera la pelea para EG. Se montó un equipo de emergencia en Buenos Aires por si no llegaba el material, con Ardizzone, Juvenal y Pagani, entre otros. “Se puso el televisor en el hall y no faltaron las apuestas: sólo Ardizzone y yo creímos en Alí –recuerda Onesime-A nadie le extrañó el fallo favorable a Frazier y los ganadores se llevaron el dinero situado encima del aparato de televisión. Enseguida, por las dudas, Ardizzone comenzó a redactar el comentario suplente”. (sigue en la 42)

ESTATUA. “El texto no llegaba. Al irse Constancio Vigil le pregunté qué pasaba si llegaba lo de El Veco. ‘Levanten lo escrito y va lo de él’, contestó. Amanecía cuando comenzó a llegar el texto de El Veco. ‘Tres jueces derribaron a una estatua’, tituló. Incredulidad y desconcierto. En la redacción coincidíamos con el fallo a favor de Frazier. Juvenal consideraba una locura dar el texto de El Veco, pero yo acaté la decisión de Vigil y se rehizo todo ante las quejas del taller. Ardizzone reclamaba irónicamente la plata perdida en la apuesta, advirtiendo: ‘Guarden esas carillas mías. En una de esas son necesarias’. A las 10 de la mañana llamó Fontanarrosa, el director, y dijo que era inconcebible publicar lo de El Veco, que Frazier había sido un claro ganador y mandó parar las máquinas con 10 mil ejemplares impresos, que fueron a Córdoba. El nuevo título fue ‘Se cayó una estatua’”.

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