El ejército del Norte, que fuera conducido exitosamente por
el general MANUEL BELGRANO, en las batallas de Salta y Jujuy, ahora al
mando del general FERNÁNDEZ DE LA CRUZ, amenazado en su marcha por los
caudillos de las provincias, alcanza la “Posta de Arequito”, con la intención
de seguir hacia Buenos Aires, según órdenes que impartiera el Director Supremo,
JOSÉ RONDEAU.
Aprovechando que esta columna se hallaba en descanso, uno de sus
jefes, el coronel JUAN BAUTISTA BUSTOS se subleva con gran parte de la
oficialidad y de esas tropas, aduciendo que no estaba dispuesto a seguir
“combatiendo contra los caudillos en esta guerra fraterna que se nos
impone”.
Toma prisioneros al general CRUZ y a varios jefes y oficiales que permanecían
leales a éste y parlamentó un cese de las hostilidades con los caudillos.
Marcha luego con sus tropas hacia Córdoba, donde asumió la gobernación de esa
provincia. El general DE LA CRUZ, sin poder oponerse a los sublevados, regresa
a Buenos Aires y así comienza el lamentable período de la Historia Argentina,
conocido como “la anarquía”.
Antecedentes
Los caudillos JOSÉ GERVASIO DE ARTIGAS y ESTANISLAO LÓPEZ unidos al chileno
CARRERA, desconocieron al gobierno nacional, y en son de guerra invadieron la
provincia de Buenos Aires, que permanecía fiel a la autoridad del Director
Supremo, general JOSÉ RONDEAU. Éste, que no tenía fuerzas suficientes para
defender la capital ni para escarmentar a los invasores, decidió involucrar
estos efectivos para doblegar la resistencia que le oponía la provincia de
Santa Fe y para ello, ordenó a los ejércitos de los Andes y auxiliar del Alto
Perú que, sin pérdida de tiempo, bajasen a Buenos Aires para “salvar al país de
la anarquía”.
San Martín desobedeció estas órdenes, declarando que jamás
intervendría en contiendas civiles y asumiendo la responsabilidad de sus actos,
se dedicó a ultimar su expedición al Perú.
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