La rebelión continuó y se extendió a las provincias de Entre
Ríos, Corrientes y Santa Fe, lo que obligó a Posadas a centrar sus fuerzas en
las provincias del litoral, con lo que abandonó sus planes de conquistar los
territorios meridionales. Autorizó la formación de una escuadra naval bajo las
órdenes del capitán Guillermo
Brown, que consiguió acabar con la dominación marítima de los
españoles en el Río de la Plata cuando, el 16 de mayo de 1814, derrotó a la
escuadra española en aguas de Montevideo.
Durante su administración tuvo que
enfrentarse con diferentes movimientos realistas, que trataban de devolver el
Río de la Plata a la soberanía española. Para evitar nuevas rebeliones nombró
a San Martín gobernador
de Mendoza. Con el fin de controlar mejor la Intendencia de Salta, la dividió
en dos, una con capital en Tucumán y la otra en la propia Salta. Envió tropas
hacia el norte con la misión de conquistar la provincia de Alto Perú, que
seguía bajo control de la Corona de España y que, en 1925, se convertiría en la
República de Bolivia.
Una de sus prioridades era la de poner fin al sitio de
Montevideo, por lo que envió un importante ejército al frente del cual situó a
su sobrino Carlos María
de Alvear. Posadas en persona acompañó la expedición que, tras duros
combates, consiguió hacerse con el control de la plaza. Tras la victoria
proclamó la pertenencia de Uruguay (Banda Oriental) a las Provincias Unidas, y
nombró a José Durán gobernador intendente de dicho territorio. No abolió la
esclavitud, pero decretó la libertad de vientres, por la cual los hijos que
nacieran de esclavos a partir de ese momento lo harían con la condición de
libres.
Hizo sustituir la efigie del rey en la moneda por el escudo de las
Provincias Unidas. Poco a poco, su autoridad fue perdiendo fuerza por lo que
los mismos miembros de la Logia Lautaro que le habían nombrado le obligaron a
dimitir el 9 de enero de 1815. Fue sustituido por Alvear, al que su tío apoyó
de forma incondicional. Cuando el nuevo director supremo fue destituido a los
pocos meses, Posadas fue exiliado a la provincia de Buenos Aires, donde
permaneció alejado de la vida política hasta su muerte. Durante sus últimos
años, en los que vivió sumido en el olvido y en la pobreza, escribió sus
memorias, que fueron publicadas en 1910.
MITRE, B. Historia de Belgrano y de la independencia de
Argentina. (Buenos Aires: 1887).
HALPERIN, T. Historia Argentina. (Buenos Aires:
1972).
LYNCH, J. Las revoluciones hispanoamericanas,
1808-1826. (Barcelona: 1976).
SIERRA, V. Historia de la Argentina. (Buenos
Aires: 1956).
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