Justo nunca hablaba de su vida privada y sólo una vez lo
hizo por escrito en su columna del diarioLa Nación definiéndose así: "Soy
el más vulgar de los hombres. Si alguno de los héroes de Cervantes figura entre
mis antepasados, es seguramente Sancho. Me gustan las mujeres hermosas, pero
menos para cantar la belleza de sus formas, que porque prometen una prole sana
y vivaz".
1912 fue un año muy particular para Justo. Muere su esposa
Mariana dando a luz al séptimo hijo de la pareja. Profundamente afectado el
líder socialista se mudará a una casona del Barrio de Belgrano donde su madre,
doña Aurora, se encargará de la crianza de sus hijos. En ese año 1912, en el
marco de la limpieza electoral impuesta por la Ley Sáenz Peña, es electo
diputado nacional. En el parlamento se destacará como orador y por la cantidad
de proyectos presentados, casi todos ellos vinculados a los derechos de los
trabajadores.
Mientras tanto en Santa Fe se produce la revuelta de los
chacareros de la pampa gringa que protestan por los altos precios de los
arrendamientos rurales y los altos intereses que les cobran los bancos por los
créditos que solicitan para producir. La protesta pasará a la historia como el
"Grito de Alcorta", en referencia a la localidad santafecina que fue
epicentro de los acontecimientos y primera sede de la recién fundada Federación
Agraria Argentina. En uno de los actos más multitudinarios del grito de Alcorta,
Juan B. Justo participa como orador y dice entre otras cosas:"Sólo el
Partido Socialista ha tenido hasta ahora algo que decir sobre la política
agraria. El Partido Radical calla por completo a este respecto, limitándose a
sus promesas de honradez y de moral. Un partido puede ser tan bueno como
infecundo en la vaguedad de sus intenciones”.
En un famoso debate en 1913 con el futuro dictador José
Félix Uriburu, por entonces diputado conservador por Salta, dirá: "Desde
que tengo memoria he oído hablar de los partidos argentinos como de grupos que
se decían de gente decente. Los socialistas hemos introducido en la política
nacional esta novedad: no somos el partido de la gente decente; somos el
partido de los trabajadores".
A lo largo de los años la perseverancia y la conducta
coherente de Justo habían logrado la incorporación de valiosas figuras al
socialismo como Nicolás Repetto, Augusto Bunge, José Ingenieros, Leopoldo
Lugones, los hermanos Enrique y Adolfo Dickman, Alfredo Palacios y Mario Bravo.
El Partido Socialista obtendrá a partir de 1912 triunfos
electorales sucesivos, superando en varias ocasiones al radicalismo. En 1913
logró su primera banca en el senado en la figura de Enrique del Valle
Iberlucea.
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