El
9 de marzo el Ejército de Manuel Belgrano sufre una nueva derrota en la batalla
de Tacuarí. Ese mismo día, sin conocer aun esta noticia, la Junta Grande
designa a Artigas como Teniente Coronel y Jefe de las milicias patrióticas de
la Banda Oriental, encuadrado en el Ejército al mando de Belgrano, otorgándole
unas decenas de blandengues y algún dinero para realizar la insurrección de la
Banda Oriental, que para esa fecha ya había comenzado con el Grito de Asencio y
la toma de Mercedes el 27 de febrero.
Pero José Artigas no retorna de
inmediato, permanece en Buenos Aires todavía un tiempo más, enviando a Miguel
Estanislao Soler con una tropa de blandengues para que refuerce a las milicias
reunidas en Mercedes y asuma el mando provisoriamente. Más tarde el coronel
Soler sería comandante del primer Regimiento de Pardos y Morenos. ¿Por qué
Artigas se demora tanto en volver, pese a los ruegos del Teniente Ramón
Fernández, que pide refuerzos desesperadamente desde Mercedes? Su retorno se
hace esperar hasta el 9 de abril, para producir la Proclama de Mercedes el 11
del mismo mes. Pero en el ínterin nadie sabe con seguridad donde está, no hay
ninguna correspondencia firmada por Artigas que permita saber donde se
encontraba en marzo y primeros días de abril de 1811.
Seguramente lejos de la
acción militar, pero ocupado en algo igual de importante. Buenos Aires estaba
en ebullición. El 20 de marzo la Junta Grande convocó al servicio militar “a
todos los habitantes entre los 18 y 25 años”, temiendo una inminente invasión
por parte del Virrey Elío. Al día siguiente ordenó la internación en Córdoba de
400 españoles solteros, con la excepción de los muy ancianos o físicamente
impedidos.
El día 23 el Cabildo de Buenos Aires pide la anulación de la última
medida y esa misma noche se reúne la “Sociedad Patriótica” (el “Club” del Café
de Marco), y en esta reunión Julián Álvarez leyó un discurso llamando a la
conciliación entre los españoles europeos y americanos “que abrirá el camino
que nos conduce a la inmortalidad”. Seguía diciendo que había que “hacerlos
entrar (a los españoles europeos) por los senderos de la razón y de su propio
bien”… Evidentemente estaban muy lejos de ser las ideas radicales de Mariano
Moreno, pero la cuestión era sencillamente buscar la disolución de la Junta
Grande. Frente al ataque convergente de “españolistas” y “porteñistas”, la
Junta resuelve dejar sin efecto la internación dispuesta, y con la intención de
conciliar designa al español europeo Matías Bernal como Presidente de la Junta
de Potosí.
Pero el nombramiento también les cayó mal, el Cabildo protestó y la
“Sociedad Patriótica” trató de traidor al Deán Gregorio Funes, diputado por
Córdoba. Cualquiera diría que estaban como “la gata Flora”, nada les viene
bien. El golpe de Estado era inminente, y para eso estos grupos contaban con el
apoyo del Regimiento de la Estrella al mando de Domingo French y Antonio Luis
Beruti.
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