Pero
resulta realmente extraño que José Artigas, siendo el causante y principal
responsable de todo el movimiento, se había ido a Buenos Aires y no vuelve sino
hasta el 9 de abril, ¡más de un mes después del Grito de Asencio!
La historia
dice que Artigas y Rondeau fueron a Buenos Aires solamente a presentarse y
buscar sus respectivas designaciones oficiales para los cargos y rangos
militares que se les asignaron. El decreto de la Junta que establece la
designación de Artigas como Teniente Coronel y Jefe de Milicias de la Banda
Oriental, data del 9 de marzo de 1811, fecha en la cual ya se conoce en Buenos
Aires el inicio del movimiento ocurrido en Mercedes. Aun así Artigas se demora
un mes entero en llegar junto a su Pueblo que, para entonces ya había sufrido
un primer ataque de las fuerzas “regentistas” de Michelena el 4 de abril.
Resulta increíble que un hombre como demostró ser Artigas en su actuación
anterior y posterior, estuviera ausente en una circunstancia tan importante
para el país, solamente por una cuestión formal, una presentación en sociedad,
donde, dicho sea de paso, no era un desconocido.
Los nombres de Artigas y
Rondeau aparecen mencionados como los eventuales caudillos de la insurrección
Oriental en el “Plan de Operaciones”, cuya redacción se atribuye a Mariano
Moreno y a Manuel Belgrano, nada menos. Resulta increíble que, en pleno
comienzo del levantamiento popular revolucionario en la Banda Oriental, Artigas
se tomara un mes entero para ir hasta Buenos Aires de a caballo paseando por
Nogoyá, Santa Fé y Rosario, y otro mes entero para retornar del mismo modo y
por el mismo camino. ¿No había ningún bote disponible? ¿No tenía ningún apuro?
Entonces, corresponde preguntarse también cuál fue la verdadera motivación que
tuvo Artigas para concurrir a Buenos Aires a principios de febrero de 1811, y
cual fue la verdadera razón que lo mantuvo retenido allí durante dos meses,
hasta su desembarco en alguna zona cercana a Mercedes el 9 de abril.
¿Por qué Artigas no va solo a Buenos Aires, por qué necesita el acompañamiento
del cura Enríquez de la Peña y el teniente Rafael Hortiguera?
El sacerdote de
la Peña era un hombre muy ilustrado y muy persuasivo, que mantuvo varias
conversaciones con Artigas en Colonia. Es razonable suponer que Artigas le
pidió que lo acompañara porque necesitaba sus dotes como convincente
argumentador, y no es fácil sacar a un cura de su parroquia durante tanto
tiempo, el motivo también para él debió ser muy importante.
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