jueves, 16 de mayo de 2013

Batalla de Malbarco - parte 1

  
El 15 de mayo de 1879 se llevó a cabo esta batalla en el Valle de Epulauquen, del departamento Minas, situado al noroeste de la provincia del Neuquén.  Según informe del coronel Olascoaga, el establecimiento del señor Enrique Price (que por error derivado de su distinta pronunciación fue tomado por su fonético de “Pray”) -sitio de la contienda- estaba junto a la laguna de Epulauquen, cuyo significado en mapuche es dos lagos (o lagunas).  Los contendientes eran, por un aldo, las Guardias Nacionales de la Colonia Malbarco, reclutadas por el comandante Patrocinio Recabarren, y por el otro, los indios de Udalmán, dirigidos por el renegado Ramón Sosa.

El Parte Oficial dice lo siguiente: “El comandante militar y civil de Mal barco – Campamento en los Mallines de Charramica (sic: es Chararuca), Costa del Neuquén, mayo 16 de 1879 – Al señor comandante en jefe de la 4ª División del Ejército, teniente coronel don Napoleón Uriburu. – Cumplo con el deber de dar parte a V. S. que a las dos de la madrugada del día de ayer tuve aviso en este campamento que una partida de indios de los de Udalman, al mando del bandido Ramón Sosa, asaltaban la estancia del señor Pray, como también algunas casas de los inquilinos de este establecimiento, cometiendo todo género de tropelías.

Inmediatamente armé una partida de Guardias Nacionales a mis órdenes y mandé los persiguieran hasta darles alcance, lo que se verificó a las 12 del día de ayer, y trabándose un combate dio por resultado la muerte de cuatro indios y nueve prisioneros, incluso el cabecilla; escapándose sólo dos.

Se les ha tomado veinticinco caballos que habían robado a los vecinos de este paraje, los que han sido devueltos a sus respectivos dueños.  También se las ha tomado cuatro lanzas, una escopeta, una carabina, un revólver y algunas otras armas insignificantes.

Una vez que los prisioneros llegaron a este campamento, se reconoció a Ramón Sosa, cabecilla de esta partida y asesino del malogrado capitán Brú; este bandido tenía todavía en su poder el recortado que el capitán Brú tenía de su uso particular.  Sosa murió de las heridas que recibió en la pelea.

Los ocho prisioneros que quedan en mi poder los remitiré oportunamente al teniente coronel don Luis Tejedor.  Entre los ocho prisioneros viene un indio llamado Miguel Yauca, que se le fugó al comandante Ortega en uno de sus mejores caballos.

Sin otro motivo, tengo el gusto de felicitar a V. S. por este pequeño encuentro que ha dado buen resultado, saludándolo con la consideración especial de mi distinguido aprecio.  Dios guarde a V. S. – P. Recabarren”.

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