jueves, 18 de abril de 2013

El Pibe Cabeza, primer jefe de las superbandas - parte 2


Los asaltos se sucedían uno tras otro. En Rosario, Casilda, Armstrong, Venado Tuerto, Villa María, entre otras ciudades de Santa Fe y Córdoba, así como también en localidades de la provincia de Buenos Aires se contaban historias sobre atracos legendarios. Los asaltantes, además de llevarse botines millonarios para la época, eran extremadamente violentos, llegando a matar a los comerciantes que se resistían a los robos.
Pero fue el asalto ocurrido en enero de 1937 el que más repercusión tuvo en los medios gráficos nacionales. Fue en Rosario, donde la banda robó una famosa joyería y se llevó lingotes de oro, alhajas y 1.500 pesos en efectivo. En la huida, el auto en el que escapaban atropelló a un canillita de 12 años, quien sufrió lesiones leves.
El Pibe Cabeza se detuvo y le dio unos pesos al chico, momento en el que se acercó el cabo Santo Contreras, quien dijo que tenían que ir al hospital y de ahí a la comisaría, sin darse cuenta que estaba frente a los delincuentes. La banda de Gordillo secuestró al canillita, al policía y a un matrimonio, a quien le robaron el auto. El dueño de ese vehículo y el canillita fueron abandonados en la huida y el cabo Contreras fue cobardemente asesinado. Y la mujer recién fue liberada un par de días después.

La banda, según la historia oficial, se dividió en la ciudad bonaerense de Junín. Se pelearon porque El Pibe Cabeza quería ir a Buenos Aires y el resto se negaba, le tenían miedo a la Policía Federal. Lo concreto fue que Gordillo viajó a la capital, pero sólo acompañado por su lugarteniente, El Vivo Caprioli. La intención del delincuente no era robar en la gran ciudad, sino visitar a María Romano, una joven de no más de 19 años que esperaba una hija de él.

El martes 9 de febrero de 1937 se festejaba el carnaval, como en todo el país. Había bailes, murgas y mucha diversión en cada esquina de Buenos Aires. El Pibe Cabeza y El Vivo fueron a una casa de la calle Artigas, en el barrio de Mataderos, donde vivía María. Por la noche, decidieron salir a dar un paseo. La mujer se quedó en su habitación. Hacía mucho calor y ya tenía un embarazo de siete meses.


Un informante de la Federal había aportado el dato: el “enemigo público número uno” estaba alojado en la casa de su novia embarazada. Por eso, un grupo de efectivos lo estaba esperando y lo siguió cuando Gordillo y Caprioli salieron a dar un paseo por las calles repletas de gente que festejaba el carnaval. Finalmente se produjo un tiroteo. El Pibe Cabeza resistió atrás de un árbol, disparando con dos pistolas a la vez. Primero recibió un balazo en un brazo hasta que un disparo en el pecho lo mató en el acto. Tenía 27 años. Su torso se conserva en formol en la Morgue Judicial de la Nación. 


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