martes, 23 de noviembre de 2010

La Vuelta de Obligado – parte 5


En conclusión: 8.000 hombres de caballería del país y 25 o 30 piezas de artillería, fuerzas que con mucha facilidad puede mantener el general Rosas, son suficientes para mantener en un cerrado bloqueo terrestre a Buenos Aires, y también impedir que un ejército europeo de 20.000 hombres salga a más de treinta leguas de la Capital sin exponerse a una completa ruina por falta de todo recurso. Tal es mi opinión, y la experiencia lo demostrará”.

San Martín decía al comienzo de esta carta que no entraba a juzgar la justicia o injusticia de la guerra que llevaban las escuadras combinadas franco-inglesas sobre Buenos Aires, limitándose a dar una opinión de carácter técnico. En Europa se sabía quien era San Martín. Es de imaginar el efecto que hizo su carta por la amplia difusión periodística que alcanzó. El Libertador prestó una vez más un gran servicio a su patria.

En tanto los unitarios de Montevideo se expresaban desde las columnas de “El Nacional” y “El Comercio del Plata”, aludiendo a la actitud de los argentinos en relación con los invasores extranjeros: “¿Cómo ha de combatir un pueblo contra los hombres a quienes mira como libertadores?”. Y José Luis Bustamante, secretario y consejero de Fructuoso Rivera, en un libro que tituló “Los errores de la intervención anglo-francesa”, abre sin reservas su pensamiento de este modo: “Los pueblos del Alto Perú, saludando a sus nuevos amigos y protectores (se refiere, como es de suponer, a los invasores europeos) prontos a continuar la campaña santa de la libertad, verían con placentera esperanza flamear en sus costas y fuertes la bandera de la Francia y la Inglaterra”.

Sin embargo, hombres de valía reaccionaron ante la agresión. Uno de ellos fue el coronel Martiniano Chilavert. Había sido jefe de estado mayor en el ejército de Lavalle y era considerado el artillero científico por antonomasia. Coloca el patriotismo por encima del partidismo, y se dirige resueltamente a Oribe en una hermosa carta: “En todas pos posiciones en que el destino me ha colocado, el amor a mi país ha sido el sentimiento más enérgico de mi corazón. Su honor y su dignidad me merecen religioso respeto. Considero el más espantoso crimen llevar contra él las armas del extranjero”.

Juan Bautista Alberdi fue uno de los más talentosos unitarios enemigo de Rosas, pero en su fecunda y lúcida madurez se le debe esta significativa frase: “Prefiero a los dictadores de mi patria que a los libertadores extranjeros”.

Lucio Mansilla

El jefe que dirigió las fuerzas de la Confederación en esa inolvidable jornada era un veterano de la Independencia, de 53 años, natural de Buenos Aires, a la que defendió de las invasiones inglesas siendo casi un niño, bajo las órdenes de Liniers. Poco más tarde luchó junto a Artigas para desalojar a los portugueses de la provincia Oriental, y ese no fue su único aporte en tal sentido: intervino en el sitio de Montevideo, al lado del general Rondeau, y en las filas comandadas por el coronel Domingo French, que tomaron por asalto la fortaleza portuguesa “El Quilombo”, sobre el río Yaguarón. Por esa campaña se le concede un honroso escudo de plata y se le nombra “Benemérito de la Patria en grado heroico”.

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1 comentario:

  1. Excelente la información y todo el blog en general. Felicitaciones

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