sábado, 15 de mayo de 2021

Análisis espacial de la Zanja de Alsina - Parte 2

 Frontera, zanja y fortines. Una nueva forma de control

El proceso de construcción e imposición del aparato estatal-nacional no fue lineal, sino que atravesó diversas fases de negociación y enfrentamiento que abarcaron casi la totalidad del siglo XIX. Luego de la batalla de Pavón (1861), una vez disuelta la Confederación, y con el objetivo de consolidar y centralizar su poder, las autoridades del nuevo Estado nacional argentino conformaron alianzas y realizaron negociaciones con las élites provinciales para sumarlas a su proyecto. A su vez, reprimieron con su brazo armado castrense todo movimiento social que consideraran perjudicial a sus intereses políticos y económicos (alzamientos montoneros, intentos secesionistas, rebeliones gauchesco-campesinas y sociedades indígenas fronterizas, etc.). La institución castrense debía garantizar el esquema de dominación y control social planteado por el nuevo Estado-nación.

En este marco se producen los últimos avances en la frontera Sur planteada contra las parcialidades indígenas autónomas de Pampa y Patagonia. Esta situación se debió en gran parte a la combinación de diversos factores: los tratados de paz con los distintos grupos aborígenes, el avance y empuje de los estancieros terratenientes movidos por la necesidad de tierras productivas para el mercado mundial y el comienzo del desarrollo ferroviario de la provincia que posibilitó un traslado de personas y recursos de provecho tanto civil como militar (Giberti 1969; Oszlak1981; Lluch y Salomon Tarquini 2008; entre otros). Alain Rouquié (1981; p.79) define al ejército de línea como “el brazo secular de la oligarquía en el poder, el instrumento político del grupo dirigente”. El mismo estuvo constituido por dos grupos diferentes: la oficialidad y la tropa. Esta división se basaba en un estricto orden jerárquico. La alta oficialidad estaba conformada por miembros de la elite político-económica de la Nación. En lo que respecta a la tropa (grupo mayoritario dentro de las organizaciones castrenses), su reclutamiento se llevaba a cabo de diversas maneras: con población masculina rural sin trabajo (vagos y mal entretenidos), con marginales a la justicia y en menor medida con extranjeros. Las tropas convivían y desarrollaban actividades y prácticas cotidianas en los asentamientos militares de frontera (comandancias, fuertes, fortines, cantones, campamentos) (Salminci et al. 2010).

Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda (1874-1880), se desarrolló un plan estratégico con el fin de lograr la ampliación de la frontera hacia el Sur y Oeste. El mismo fue llevado a cabo por el entonces Ministro de Guerra y Marina: Adolfo Alsina (1874-1877). Éste consistió en avanzar la línea de frontera mediante la ocupación de parajes de importancia estratégica para los indígenas. Se trataba de sitios de aguadas y pasturas permanentes donde las caballadas indias se reponían y alistaban para futuros malones. Estos puntos estratégicos eran: Carhué, Puán, Guaminí, Trenque-Lauquen (en la actual provincia de Buenos Aires) e Italó (en la actual provincia de Córdoba) (Ebelot [1877] 2008).

A comienzos de 1876, la fuerza expedicionaria hizo ocupación de estos sitios. Este ejército, poseía armamentos modernos de retrocarga (Remington), corazas de cuero protectoras, para defenderse de las lanzas aborígenes, así como caballadas aptas y preparadas para la ocasión8. A su paso, se iban tendiendo líneas telegráficas por el territorio. Una vez fijadas las posiciones, se construyeron en la nueva línea de frontera una serie de fortines que unían las distintas comandancias, muchos de los cuales fueron núcleos de futuras poblaciones. Estos asentamientos militares quedarían defendidos por tropa acantonada, e intercambiarían información con el fin de evitar las entradas de indios, o malones. Así, habían arrebatado a las sociedades indígenas 2000 leguas de tierra cuya producción sería volcada a los mercados mundiales. Con el fin de reforzar este sistema de defensa, Alsina encargó al ingeniero francés Alfredo Ebelot la construcción de un foso o zanja que uniera los distintos fortines. La obra de zanjeado estuvo a cargo de la misma tropa, y también fueron contratados topógrafos con el fin de confeccionar mapas de los nuevos territorios anexados (Figura N°1C).

La zanja se ideó, como ya hemos mencionado, para evitar los llamados malones en territorios ya conquistados, por lo cual, para ello la misma debería tener características precisas variando según las características del terreno. Ebelot lo detalla de la siguiente manera:

El foso que se intentaba excavar a lo largo de la nueva línea se extendería en una longitud de 400 km, con una abertura de 2,60 m de ancho y una profundidad de 1,75 m. El talud de los bordes había sido determinado según la consistencia de los terrenos que se atravesaran para evitar así los derrumbamientos. La anchura del fondo seria de 0,50 m. Por el lado de adentro se guarnecería el foso con parapeto de adobes de 1 m de alto, contra el cual se echaría la tierra sacada de las excavaciones, formando falda, y ésta se cubriría con un seto espeso de arbustos espinosos. En las partes donde el subsuelo estuviera formado por rocas duras, se reemplazaría la trinchera por un terraplén sostenido entre dos muros de adobes, lo cual presentaría en relieve el mismo perfil que la trinchera en hueco (Ebelot [1877] 2008: p. 116).

Sin embargo, el gobierno no solo había pensado cavar una zanja sino también establecer comandancias o fuertes o fortines para reforzar la efectividad de dicha obra. Es decir,

(…) los dos términos importantes del programa por cumplir eran: cubrir la línea nueva con una fortificación suficientemente seria como para que no pudiera trasponerla un rebaño de vacas y para que un puñado de hombres pudiera defenderla, y alimentar los caballos con maíz y forrajes secos. Se resolvió que se tendería a lo largo de toda la línea un foso, defendido de legua en legua por un fortín, y que se lo bordearía con hilo telegráfico (Ebelot [1877] 2008: p. 112).

La estrategia de Alsina era también cercenar el acceso a las fuentes de agua dulce. Para ello el zanjeado debería cerrar el pasaje a toda laguna que estuviese cercano a la frontera, que en esos momentos eran numerosas, no obstante, se evitó pasar la línea por los médanos y terrenos arenosos como también por el suelo demasiado duro. Esta obra estuvo a cargo no solo de la Guardia Nacional sino también fueron dispuestos mano de obra particular (muchos de ellos hombres de distintas nacionalidades) dado que la obra del zanjeado de algunas partes de la frontera fueron “privatizadas” (Ébelot[1877] 2008, p.140-141).

La sección de la Zanja de Alsina que corresponde al espacio pampeano se encuentra entre los fuertes Trenque Lauquen (Provincia de Buenos Aires) e Italó (Provincia de Córdoba), los cuales operaban como cabecera de dicho tramo (Figura 1A y B).La proyección original de la zanja partía de Bahía Blanca (Provincia de Buenos Aires) y recorría en dirección noroeste la provincia hasta culminar en el fortín Italó. Sin embargo, su trazado efectivo llegó hasta el fortín Machado el cual se encuentra a unos 45km (en línea recta) de aquel asentamiento militar. En esta sección de unos 174 km se construyeron un gran número de fortines, de los cuales solo tres se encuentran en la actual provincia de La Pampa (Comandancia Alsina, Fortín Machado y Fortín Alvear).

Aunque el diseño de la zanja contemplaba llegar hasta la comandancia de Italó, según el informe del Ministerio de Guerra y Marina de 1878 firmado por Leopoldo Nelson, la misma llegó hasta el fortín Machado ubicado en la actual provincia de La Pampa.

Según los planos remitidos adjuntos á la memoria el año anterior, notará V.S. una diferencia en la distancia menor que hoy ocupa la línea, y esto es á consecuencia de haber dispuesto avanzar la línea de frontera sobre la recta que trae la zanja en construcción, la cual solo ha llegado á la izquierda de esta Comandancia, hasta el fortín “Machado” faltando para cubrir todo el frente de la línea Ita-ló (MGM 1878, p. 137).

Adolfo Alsina no pudo ver su plan realizado, ya que falleció en diciembre de 1877. Al año siguiente, Julio Argentino Roca ocupó el Ministerio de Guerra. Para ambos, la solución definitiva del “problema indígena”, y la supresión de las fronteras, significó el acceso a la categoría de “presidenciables”. Puede apreciarse, entonces, de qué manera un acto militar se entroncaba directamente con aspiraciones políticas, y cómo la pertenencia a la oficialidad castrense constituía una vía de acceso a otras esferas de la vida nacional.

Materiales y métodos

Metodológicamente, el trabajo de Gertsner (2010), constituye el único antecedente de aproximación a lo que podría denominarse un análisis espacial relacionado con localización de diversos tramos de la Zanja de Alsina. Para ello utilizó imágenes de Gogle Earth de de la provincia de Buenos aires y en diversas espacios (urbanos y rurales). Si bien la autora toma hitos espaciales aún vigentes, las imágenes presentadas no eviden cian rasgos adscribidles al foseado propio de la estructura realizada por el ingeniero Ebelot.

La provincia de La Pampa se encuentra dividida catastralmente en lotes, formando una gran cuadrícula. La misma fue realizada por los agrimensores Domínguez y Maqueda hacia finales del siglo XIX. Los agrimensores mencionados calcularon las coordenadas de los esquineros de lotes tomando en cuenta el posicionamiento de estrellas conocidas, lo cual permitía durante la noche obtener la longitud y durante el día la latitud en relación al posicionamiento del sol. Las coordenadas obtenidas servían de esquineros, los cuales permitían seguir calculando los posteriores lotes y seguir formando la cuadrícula. En el caso de los esquineros se mojonaba con estacas de madera o algún material de la zona que permitía formar un tipo de mojón que perdurara en el tiempo para futuras mensuras. Cada uno de los lotes de 10 km x 10km, formaron parte de una cuadrícula imaginaria que dividió el territorio pampeano y hasta la actualidad se conforma como la base catastral de la Dirección General de Catastro de la Provincia de La Pampa. 


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