Discurso de homenaje del diputado Nicolás Repetto
en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Sesión del
5 de julio de 1933.
“Señores diputados: No habríamos podido guardar silencio
ante la muerte de Hipólito Yrigoyen. Es un hombre que ha desempeñado un
papel demasiado importante en las luchas políticas de los últimos cincuenta
años para que nos fuera permitido mirar con indiferencia su desaparición.
“Le debíamos un homenaje, hasta por la razón muy secundaria
de haber sido miembro de esta Cámara, tan pródiga y convencional en toda clase
de honores. Si hubiéramos dejado partir en silencio a un hombre de tan
destacado relieve político, habríamos cometido un acto impropio, que nos habría
sido vituperado por la gran masa del pueblo argentino y por nuestra propia
conciencia.
“No sé si Yrigoyen ha trabajado solamente por la gloria o
para disfrutar él mismo de los progresos debidos a su propio esfuerzo en la
evolución política del país. Para honor suyo quiero suponer esto último. Siendo
esto así, preciso será reconocer que a Yrigoyen le ha sido dado experimentar la
satisfacción más grande a la que pudo aspirar un hombre de su acción:
contribuyó a derrocar el régimen de las viejas oligarquías e inauguró el primer
gobierno verdaderamente democrático del país. Este solo hecho basta para
asegurarle un puesto señalado y definitivo en la historia argentina.
“No es ésta una hora oportuna para formular juicios sobre su
obra de gobernante, ni sobre su labor como jefe de partido. Hechos demasiado
recientes han avivado las pasiones y reencendido no pocos odios. Será necesario
esperar. Vendrá con el tiempo el juicio de hombres más serenos y más justos que
nosotros, y el tiempo dirá cuál fue la parte sólida y duradera de su obra.
Mientras tanto, tributemos el homenaje que se merece el hombre de acción que
fue Hipólito Yrigoyen.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario