LA CIUDAD: LO INAUGURARON EN 1899 Y 10 AÑOS DESPUES DEJO DE
SER OPERABLE
Desde que Juan de Garay fundó Buenos Aires, quienes fueron
habitando estas tierras soñaron con un puerto que los comunicara con el mundo.
Debieron pasar tres siglos para que ese deseo se concretara. Entre 1861 y 1882,
Eduardo Madero y el ingeniero Huergo presentaron varios proyectos, cada uno por
su lado, para que, de una vez, Buenos Aires, tuviera su puerta grande. Madero
presentó dos iniciativas, en 1861 y en 1869, y las dos veces se tuvo que ir con
los planos bajo el brazo.
Huergo también hacía cálculos y planificaba. En 1876
presentó un proyecto que, según los expertos, era excelente, pero finalmente se
impuso el de Madero. El 28 de enero de 1889, toda la gente festejó la apertura
del tráfico marítimo. Sólo se inauguró, en esa oportunidad, la dársena sur.
Recién en 1899 finalizó su construcción, cinco años después de la muerte de
Madero. Pero la vida del puerto fue corta. Todas las objeciones que la
oposición había hecho a su proyecto, con el tiempo, se confirmaron.
El puerto
perdió operatividad cuando sólo tenía 10 años. Se empezó a construir entonces
el puerto según el proyecto de Huergo, al norte. Esto se tradujo en un
paulatino abandono de los dock con ladrillos a la vista. Desde ese momento
siempre se intentó buscarle una utilidad al puerto en desuso. En 1930 hubo un
proyecto para recuperarlo urbanísticamente, pero no prosperó. En 1969, la
dictadura de Juan Carlos Onganía utilizó galpones como depósitos del Ejército y
la zona quedó bajo estricto control militar. Puerto Madero fue evidenciando
cada vez más el abandono. Sus paredes fueron perdiendo color, la gente evitaba
pasar por el lugar y las ratas se convirtieron en sus habitantes naturales.
Durante la dictadura de 1976, el entonces intendente Osvaldo Cacciatore lanzó
un plan para construir oficinas.
Pero todo quedó en ideas y la actividad quedó
reducida a algunas concesiones de amarras, playas de estacionamiento, unos
pocos galpones y los depósitos del Ejército. Veinte años después, durante la
gestión de Carlos Menem y con la vigencia de la Ley de Reforma del Estado (Ley
Dromi), Puerto Madero pasaba a la jurisdicción nacional y rápidamente llegó la
reurbanización del predio. En noviembre de 1989, Menem firmó el decreto de
formación de la Corporación Puerto Madero S.A., con un fin: reciclar las 170 hectáreas del
viejo puerto. Con increíble velocidad el lugar comenzó a cambiar. En cuatro
años se hizo lo que no se pudo durante más de medio siglo y de edificio de
ratas pasó a convertirse en uno de los puntos distinguidos de Buenos Aires.
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