La ex presidenta fue reivindicada por Riera y la primera
fila del PJ. Las desconfianzas por la relación con Alfonsín. Planteos por el
Operativo Independencia en el 75
Las dos caras del drama isabelino. Así puede representarse
la situación de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón en mayo de
1984. La bipolaridad forjada en las elecciones presidenciales de octubre
condicionó el clima político y, por ende, el funcionamiento de las
instituciones. El PJ y la UCR, no obstante, delimitaron zonas de conflicto y de
cooperación.
La sanción definitiva de la Ley 23.062 por el Congreso dispuso la reparación
institucional de Isabel. Declaraba, consecuentemente, la nulidad de las actas
procesistas que conculcaban sus derechos. Dentro de ese contexto, acaeció la
segunda visita de la ex presidenta a la Argentina. Su anfitrión Raúl Alfonsín
la esperaba en la Casa Rosada.
Acciones sorpresivas
El vacío de conducción que en ese momento afectaba al PJ facilitó acciones
individuales de gobernadores más ambiciosos, como el caso de Carlos Menem. En
presencia del jefe de Estado, Menem sorprendió con un saludo a Compañeros
y correligionarios. Toda una herejía política consumada en la capital
riojana, que prenunciaba un proyecto de mayor alcance. Circunspecto, Alfonsín
repitió su apelación a la unidad nacional.
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