Durante las heroicas jornadas de 1807, desde las ventanas
del célebre cuartel, se combatió con denuedo al enemigo inglés;
protagonizándose acciones de temerario valor, tanto por parte del enemigo como
por los “Patricios”.
También en este cuartel se festejó el triunfo de la batalla
de Suipacha, en un banquete realizado en noviembre de 1810; hecho este último,
que tendría gran repercusión en el aspecto político de los primeros momentos de
la revolución de Mayo.
El hecho ocurrió de la siguiente manera, un oficial llamado
Atanasio Duarte, que posiblemente se hallaba algo bebido, hizo un brindis en
honor del Brigadier Cornelio Saavedra y de su señora, llamándolos al parecer
“futuros emperadores de América”. Después parece ser, que colocó en
forma simbólica dos coronas de papel dorado sobre la cabeza de Saavedra y de su
señora.
El hecho ha trascendido de la forma dicha, pero no se tienen
conocimientos concretos del mismo.
Enterado al día siguiente del asunto ocurrido en el
banquete, el Secretario de la Primera Junta Mariano Moreno, quien no había
concurrido al mismo, en un momento, quizá de enojo, redactó el famoso “Decreto
de Honores”. En dicho documento se condenaba al oficial Duarte,
diciendo que “ningún argentino ni ebrio ni dormido, debía atentar contra la
Libertad de su país”. También se suprimía todo tipo de honores para los
integrantes de la Junta.
La consecuencia de este documento fue la posterior división
entre Saavedra y Moreno y el futuro alejamiento de este último de la función de
Secretario de la Junta de Gobierno.
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