Frente al actual Club Belgrano, calle José Hernández, se
erigía el imponente "Palacio Encantado" de estilo medieval, que había
ordenado construir un comandatore (caballero) italiano, que luego fundió su
fortuna y debió abandonar el país. Tiempo después, la propiedad, de dos plantas
y un doble mirador, fue adquirida por la familia Lacroze.
Sin motivos declarados, sus nuevos propietarios decidieron
tapiar las puertas y ventanas, clausurar los portones y emprender la retirada.
Enseguida comenzaron a tejerse leyendas urbanas y quienes merodeaban la zona
aseguraban escuchar por las noches crujidos, ruidos, lamentaciones y chistidos,
por lo que nadie quería custodiarlo. Mucho menos desde el día que trascendió
que un sereno contratado murió sorpresivamente.
Los sucesores de los Lacroze enajenaron el castillo y ya en
ruinas fue demolido. Hoy se levantan en la zona distintos establecimientos,
entre ellos, el Sanatorio de la Sagrada Familia.
La Nación, Martes 14 de diciembre de 2010
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