jueves, 22 de enero de 2015

CARLOS ENRIQUE JOSÉ PELLEGRINI – Parte 1





La liberalidad del pensamiento político, que así debe ser, porque así son nuestras tradiciones y así lo establece nuestra Carta Magna; en lo económico el equilibrio de las variables que tiendan a incrementar la producción, sin entrar en el proteccionismo a ultranza, pero tampoco en el liberalismo ortodoxo, es la práctica aconsejada a países con un exiguo grado de desarrollo. Creemos que Carlos Pellegrini era un pragmático, poniendo énfasis en el industrialismo utilizando en la práctica esa política de flotamiento de las variables.


La formación industrialista era natural de su familia, ya que su padre era ingeniero y había venido al país en 1828 a realizar diversas obras públicas, que el retraso de las mismas lo obligó a ejercer de pintor y retratista para solventar a su familia. La ausencia de industrias lo dejó sin alternativas para su profesión.
En 1883 viajó a Estados Unidos a estudiar los procesos de industrialización, visitar fábricas, usinas, laboratorios y talleres. Carlos Pellegrini quiso tomar una visión personal de la forma en que los Estados Unidos de América había entrado en la industrialización, sabiendo que también la producción agropecuaria era una de las fuentes de ingresos importantes. Así como Sarmiento, viajó al país del norte a estudiar la educación de ese país, él también quería incrementar el trabajo industrial en provecho del pueblo. Asimismo, visitó Canadá con el mismo propósito.

Roca tenía una gran cualidad natural para evaluar el conocimiento de las personas y vio en Pellegrini un promotor de la comprensión del país en el exterior; por eso le encargó que se trasladara a Europa, en representación del gobierno argentino, para que inicie gestiones de crédito y demuestre a la banca internacional el campo de inversiones que la Argentina le proponía.
Al respecto Pellegrini manifestó: “... en Londres me aguarda una batalla más compleja y sutil. Los banqueros ingleses ignoran las enormes posibilidades de este país. Yo les demostraré la grandeza del cuadro y a buen seguro que abrirán la bolsa”.

La gira fue harto exitosa y prolifera en entrevistas y jornadas de trabajo, exhibiendo informes y estadísticas del crecimiento argentino y sus potencialidades en la cuestión de los recursos naturales y humanos. En materia política tuvo que acrecentar el convencimiento al explicar la evolución que habían tenido las instituciones a partir de 1853, con una Constitución vigente y una República naciente y vigorosa. Su presencia personal, imponente y de voz firme, daba a la acción la credibilidad que era necesaria para exponer los temas. Londres y París fueron los teatros de operaciones de Pellegrini y su gestión fue calurosamente aprobada por el presidente Roca.

Era evidente que Carlos Pellegrini se estaba preparando para ocupar posiciones trascendentales en la vida institucional del país. Sus viajes al exterior y la experiencia recogida le han otorgado un pensamiento adelantado para la época. Antes de los viajes relatados había visitado París, Hamburgo, Viena, Londres y Egipto en compañía de su esposa.

La modernidad de sus pensamientos y siguiendo la tradición familiar, se declara partidario del voto femenino y de los derechos civiles de la mujer, conceptos tan adelantados como el caso del sufragio femenino, que recién se aplicaron sesenta años después, no como un derecho sino como una obligación; pero voto al fin.

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