Pues
bien, se le ordenó a Cevallos que cuando se iniciara la guerra entre España y
Portugal tomara de inmediato Colonia del Sacramento. En cumplimiento de esas
reales órdenes Cevallos organizó milicias y pidió indios a las misiones
jesuitas, y el 7 de setiembre de 1762 cruzó el Plata con dos mil hombres y
contuvo a los portugueses dentro de la ciudad y puerto de Colonia. El 28
de ese mismo mes lo alcanzó allí el Capitán Domingo Ortiz de Rozas con las
órdenes recibidas el día anterior en Montevideo, por las cuales se le informaba
que España estaba en guerra y que debía proceder a tomar la plaza.
Y así lo
hizo: el 1º de octubre empezaron las operaciones con ayuda de dos mil indios de
las misiones y el 29 consiguió abrir brechas en la muralla y se intentó el
asalto. Ante esa perspectiva, los portugueses capitularon y el 2 de noviembre
entregaron la plaza. Cevallos tuvo a bien conceder al gobernador portugués
Silva Fonseca los honores de una heroica defensa, pero la Corte de Lisboa no lo
considero así y lo condenó por no haber resistido más tiempo y lo mantuvo preso
hasta su muerte.
Cuando
una escuadra anglo-portuguesa al mando del Capitán John Mac Namara se presentó
el 24 de diciembre de 1762 ante la Colonia para protegerla de posibles ataques
y desde esa base intentar la conquista de Buenos Aires, la ciudad y puerto ya
estaba tomada por el Gobernador Cevallos. En la escuadra inglesa también venía
el ex agente del asiento de negros de Buenos Aires, John Reed, que serviría
como consejero y práctico en el ataque previsto contra la Capital.
El 6 de
enero de 1763 Cevallos consiguió derrotar a la escuadra invasora. Fueron cuatro
horas de vivo fuego entre las naves que se aproximaron al puerto, la “Lord
Clive” y la “Ambuscade”, y los defensores de la plaza. Los disparos incendiaron
la nave almirante “Lord Clive”: murieron allí más de 300 hombres, entre ellos
Mac Namara y John Reed. Cayeron 82 prisioneros que fueron luego internados en
Córdoba, La Rioja y otras ciudades del norte y allí se afincaron, dando origen
a conocidas familias argentinas.
La “Ambuscade” tuvo 80 muertos y 80 heridos y
se alejó a reparar las averías apoyada por las otras naves de la escuadra (una
fragata, dos navíos y seis bajeles). De los nuestros murieron sólo cuatro
hombres.
Lamentablemente
la escuadrilla que hubo armado Cevallos, compuesta de la fragata “Victoria”, un
navío de registro, tres avisos del consulado de Cádiz y algunos lanchones, al
mando del Teniente de Navío Carlos José Sarria, si bien minúscula, tuvo un
comportamiento deplorable pues no quiso actuar en el primer momento y no estuvo
luego para rematar la victoria destruyendo la “Ambuscade” y demás naves de
apoyo. Así terminó la primera invasión inglesa al Río de la Plata.
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