"Yo soy Astor Piazzolla, tengo 48 años y a mí me gusta mucho Astor Piazzolla..." Mientras pronuncia esta declaración del fondo mismo de su última bronca, en la calle, un pueblo que nunca le comprendió, va coreando su "Quereme así, piantao, piantao, piantao..."
Crucificado entre su talento y su
carácter, luchando solo desde hace 25 años, por un tango distinto, que lo
revitalice, que le quite las polillas, que lo extraiga de la tristeza llorona y
del "chim-pun" tradicional, Astor agravió y fue agraviado y tuvo que
vivir tenso y alerta. Alerta como un soldado en víspera de la batalla. Duro, sacrificado, honesto
consigo mismo, tiene "la facha" de un león incorruptible, de una
dulzura inhumana. Uno tiene la impresión de que se colocaría frente a un tren
expreso y lo haría parar.
Pertenece a la familia de los sentimentales incontrolados. Tiene un tremendo apetito de afecto, tan enorme, tan enorme, con su poder de irritación. Puede ser arbitrario sin el menor esfuerzo, y causar la herida última. Conflictuado y temible, inseguro y genial, difícil, sensible, desamparado. Para quererlo hay que ser su amigo. De otro modo, es fácil odiarlo, discutirlo, rechazarlo. Tiene hambre de ética y de rigor. Se exige a sí mismo como el demonio para terminar de ser el peor diablo. O el mejor músico. Es un argentino que dejó de ser italiano de New York hace mucho tiempo, cuando el acordeón de su padre despilfarró los primero sones de algo que quería ser tango mezclado con música de calesita. Por eso sus compases tienen acentos de la música que acompaña la tristeza infinita de las películas de Fellini. "El valcesito" casi circence, con que el loco de
Bernardo Neustadt: Pero igual estás con Bronca...
Astor Piazzolla: Sí, un poco de bronca me queda. Ahora me descubren... El otro día Jorge Sobral me quería probar que Balada tiene éxito porque es polémico. No por su calidad...
Neustadt: Está equivocado. Balada ya no se discute. Se acepta...
Piazzolla: Lo gravaron Goyeneche, Lavie, Las Voces Blancas, Daniel Riolobbo, un conjunto beat que no recuerdo su nombre. Lo bailará María Fux...
Neustadt: Sabés lo que te pasa: ahora tu conflicto es doble. Eras antes el músico-tanguero para los exquisitos. Para la minoría selecta. Daba "status" gustar de Piazzolla, entenderlo. Codearse con él. Poner cara extraña en cada desgarro del bandoneón, en el golpear del piano... Ahora vos querés el Luna Park y el Colón al mismo tiempo...
Piazzolla: Claro que sí... ¿por qué no voy a tocar en el Colón mi Balada? Es un conjunto de cuerdas... Tiene calidad musical.
Lo digo sin miedo al reproche de los que creen que no puedo autojuzgarme.
Neustadt: Sin embargo en Balada hay más letra de Ferrer que música de Piazzolla. ¿Te parece que se reconoce a Piazzolla en Balada? ¿En su tonalidad, en ese ir al fondo mismo de la música mejor?
Piazzolla: Es mi mejor producción. Que sea simple no quiere decir que sea pobre. ¡Soy músico! (Grita y mordisquea un cigarrillo).
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