A decir verdad, salvo Carlos III, los miembros de la
dinastía borbónica que han reinado en España han sido contrarios al
progreso y el engrandecimiento de esta.
La casa de Borbón llega al trono español, en
medio de una crisis muy profunda de España que venía de un reinado vacío como
fue el caso de los tiempos de Carlos II, el último de los “Austrias”, llamado
el “Hechizado”, o también el “Rey pasmado”. Un trágico personaje cuyo
reinado fueuna variación constante de funcionarios, que por la incapacidad del
monarca, fueron sucediéndose en el gobierno. Carlos II murió sin dejar sucesor
lo que generó una crisis tremenda, ya que se disputaron el trono dos casas, la
francesa de los Borbones liderada por Luis XIV y la austríaca cuyo líder era el
Emperador Leopoldo I. El primero propiciaba a su nieto Felipe de Anjou y el
segundo a su hijo el archiduque Carlos.
En consecuencia fue Felipe V el que inauguró la
dinastía de los borbones españoles, quien cuando asumió recibió la llamarada de
una guerra civil teniendo que enfrentar al partido de los “austracistas”, que
se oponían fervientemente, junto a las otras potencias europeas (Inglaterra,
Holanda, Austria), a que el nieto del rey francés Luis XIV, gobernara España.
Sostenían estos últimos, que las ambiciones del monarca de París, se habían
posado sobre la península y sobre los dominios de ultramar, las colonias americanas.
Y por cierto que razón tenían. Pero, la llamada “guerra de sucesión”, concluyó
en 1713, con la Paz de Utrecht que consolidó interna e internacionalmente a
Felipe V rey de la España y sus colonias.
Luego en 1724, Felipe V, abdicó a favor de
su hijo quien asumió el trono como Luis I, pero este a su vez, falleció a los
ocho meses, y en consecuencia Felipe debió, con sus achaques volver al trono
por 22 años, hasta que en 1746 asumió Fernando VI, el que no dejó
descendencia y por lo tanto a su muerte en 1759, fue reemplazado por su medio
hermano Carlos III, hasta ese entonces rey de Nápoles.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario