Me tomaré una licencia, bien podría prescindir del siguiente
relato pero lo que contaré a continuación es lo que motivo esta pequeña
investigación, se lo puede omitir como argumento si el lector así lo prefiere.
Mi abuela Materna Juana Rojas de Barrios falleció en abril de 2010, su hermana
Sixta Rojas, mi tía Abuela, a quien llamábamos Tía Chita, falleció en Diciembre
el 2009; Entre ambas me habían contado la trágica muerte de mi abuelo Materno
José Barrios, era peón en una establecimiento ganadero y yerbatero, cuentan que
se encontraba marcando ganado, cuando otro peón o un capataz, no lo recordaban
bien, que estaba parado a corta distancia recostado en un poste del cerco,
desenfundo un arma y comenzó a gatillar sin más, cuenta mi Tía Abuela, quien a
diferencia de mi abuela estuvo lúcida y racional hasta sus últimos días de
vida, que mi abuelo advirtió a este hombre del arma que no jugara de este modo
con ella pues era peligroso, seguramente no lo dijo en estos términos, pero es
lo que ha llegado a mis oídos, en esa ocasión mi abuelo José Barrios falleció
de un de un tiro “accidental” en la cabeza, cuentan que fue consignado como
muerte por “bala perdida” el autor del disparo nunca fue preso por ello.
Mi
abuela, recientemente enviudada y con dos hijas, fue intimada a dejar el
establecimiento donde tenía su rancho, ante la situación apremiante y en la
desesperación, supo de la llegada de un “capo de Buenos Aires” del establecimiento
en cuanto tuvo la oportunidad. Se dirigió a él y le reclamo que no podían
echarla así de allí con sus hijas, “se le animó Juanita” comentaba mi tía
“Chita”, ella contaba que
–cuando tuvo la oportunidad se le acercó mientras caminaba por las
altas galerías de de la casa grande del establecimiento y desde abajo y entre
gritos y lamentos le expuso su situación– tuvo suerte, esta persona, que pudo
haber sido uno de los dueños, no lo sé, le concedió una parcela de tierra fuera
de ahí y mi abuela y sus hijas salieron del establecimiento con el poco ganado
que según los patrones era el único que poseía mi difunto abuelo. Mi Madre no
cree en la teoría que los chicos no recuerdan sino desde los tres años de vida,
ella en ese entonces tenía solo dos años y recuerda el funeral de su Padre: Mi
Abuelo José Barrios, recuerda el ataúd, los llantos desconsolados de su hermana
mayor, mi tía. Recuerda a mi abuela escalones debajo de la galería del
establecimiento pidiendo ayuda, recuerda la mudanza al nuevo racho. Mi madre
que increíblemente guarda esos recuerdos desde los dos años, tiene hoy 57, esto
sucedió en 1955 en el establecimiento “El Porvenir” de “Los Barthe…”
En Paraguay el juicio de sucesión entre el Estado Paraguayo y los herederos de
Domingo Barthe lo ganó el estado y recupero una importante cantidad de
territorio por haber sido adquirido con graves irregularidades y/o de modo
fraudulento.
Historia / Por Julio Cantero
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