"La iniciación del primer fuego en el tambor de trotyl, el sorpresivo y vigoroso incendio del resto de los tambores con el mismo explosivo y las explosiones simultáneas (que sucedieron a continuación) fueron intencionales y organizadas con conocimiento sobre explosivos y el efecto de las detonaciones. "
Así de rotunda es la conclusión de los cuatro peritos oficiales en el informe que les encargó el Tribunal Oral Federal Número 2 de esta ciudad sobre el origen del estallido de la Fábrica Militar de Río Tercero, que el 3 de noviembre de 1995 causó siete muertos, más de 300 heridos y la destrucción de varios barrios de la ciudad.
Ayer, LA NACION pudo conocer algunas conclusiones del informe presentado el lunes al tribunal por los peritos Daniel Yorio, Oscar Sicilia, Héctor Zanoni y Jorge Rodríguez.
Tras el estudio de la causa y, fundamentalmente, la realización de varias pruebas, los expertos concluyeron, entre otros puntos, que los autores de la voladura realizaron contraexplosiones simultáneas con detonaciones menores para dirigir la onda expansiva de la explosión principal.
En la fábrica todo comenzó con un fuego sobre un tambor con trotyl.
"El tambor cargado con trotyl -dicen las conclusiones- fue iniciado intencionalmente. No se encontró ninguna evidencia de que el fuego pudiera haberse originado accidentalmente. Se descarta por completo la incidencia que pudiere haber tenido el autoelevador, ya sea por el choque con el tambor o las chispas. La iniciación de la llama en el tambor se produjo por efecto programado, utilizando artefactos electrónicos existentes en el mercado, como, por ejemplo, un celular. No se descarta que pudiera haberse utilizado un mecanismo de tiempo. Tanto en el primero como en el segundo caso, se trabajó en el citado tambor previamente."
Consultada la querellante, Ana Gritti, expresó que se había acordado no informar hasta que todas las partes estuvieran notificadas, y que hoy la querella brindará una conferencia de prensa, a las 11, en Córdoba.
Fuego inicial
Según la investigación del juez federal de Río Cuarto, Luis Martínez -que no había encontrado pruebas de un hecho intencional y, más aún, al principio de su labor se inclinó por la tesis del accidente-, el fuego inicial se produjo en un tambor de trotyl en la Planta de Cargas de la Fábrica.
La explosión ocurrió a las 8.50 del 3 de noviembre de 1995. El inicio del fuego fue advertido por algunos operarios, que no pudieron apagarlo. Tras la primera explosión, hubo otra peor, en el Depósito de Expedición y Suministro, que arrasó tres barrios de la ciudad. Los peritos sostienen que "es muy posible" que dos depósitos de ese sitio hayan sufrido una explosión "intencional y programada", y "simultánea".
El juez Martínez había elevado a juicio oral la causa por "estrago culposo", que atribuyó a cinco funcionarios de Fabricaciones Militares: tres militares y dos civiles.
El Tribunal Oral Federal Número 2, integrado por José Tribuzzio, Octavio Cortez Olmedo y José María Pérez Villalobo, que debe juzgar a los procesados por supuesta negligencia, atendió el requerimiento del fiscal Miguel Rizzotti, quien entendió que había que realizar las pruebas.
Ahora, los peritos confirmaron la presunción ampliamente extendida: que la voladura de Río Tercero fue provocada. Si el Tribunal hace suyo ese dictamen, la voluminosa causa experimentará un vuelco fundamental.
Consultado por LA NACION, el fiscal del tribunal, Miguel Rizzotti, admitió: "Si el inicio del fuego fue intencional, estaríamos frente a una acción criminal incalificable, a uno de los más grandes y más graves crímenes de nuestra historia".
"El incendio, en dos o tres minutos, de uno de diez tambores no es factible que se haya producido si en el interior de los mismos no hubiese existido un producto químico combustible que estimulara su incendio y el rápido desarrollo de las llamas", según los peritos.
"Para producir la detonación de un tambor con trotyl de descarga, aún en llamas, es necesario iniciar la misma empleando detonador y reforzador."
Sobre la sucesión de estallidos, los especialistas descartan "la producción del efecto simpatía de una de las explosiones sobre la otra por cuanto fueron simultáneas". Además, el informe sostiene que "por estar en contacto muchos de los tambores con explosivos, se debió haber producido la explosión por simpatía de las 12 a 15 toneladas de trotyl y hexolita, lo que no sucedió".
Por Juan Carlos Vaca y Orlando Andrada
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