jueves, 4 de noviembre de 2010

El gran boulevard - parte 2

La Avenida de Mayo se construyó y, como era previsible, varió al poco tiempo su carácter. Sarmiento decía que "la arquitectura de Madrid revela el gusto nacional por los espectáculos y el largo y tradicional hábito de paradas, cortejos y procesiones" (y en esto se adelantaba a los miembros del "Team 10" como J.B.Bakema, quien a mediados del siglo XX escribió que "la arquitectura y el urbanismo son la expresión espacial de la conducta humana").
La Avenida de Mayo, francesa por nacimiento, se españolizó. El cambio lo señala con precisión Elisa Radovánovic: "El eje abierto por la Avenida de Mayo hacia el oeste de la Ciudad creó una nueva imagen visual, concretada en un modelo urbano con evidentes reminiscencias parisinas pero que fue adquiriendo a poco de su inauguración (9 de julio de 1894) connotaciones locales. (...) Animó la avenida el elemento español, siendo el arte del teatro, la zarzuela, el que le confirió un tono particular que la distinguió del modelo formal parisino".

Esa extraña combinación de diseño afrancesado y carácter social español, perduró largas décadas y llega hasta nuestra actualidad. Sin embargo, desde el punto de vista edilicio, la Avenida de Mayo es uno de los más coherentes paisajes urbanos "belle époque" con que cuenta Buenos Aires, y, en torno al año 1910, relucían en ella grandes y elegantes edificios como los de "La Prensa", el Club del Progreso, los hoteles "Metropol" y "Majestic", el enorme bloque neo florentino de "La Inmobiliaria" y el Palacio del Congreso.


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