martes, 5 de octubre de 2010

Partido de Morón - parte 4



Morón en la época de Rosas (1829-1852)

Como es sabido, el partido de Morón no fue ajeno a la guerra civil que se produjo entre unitarios y federales. En el que era entonces su territorio se suscitaron dos importantes batallas, la primera de las cuales abrió y la segunda cerró el período rosista. Fue en el Puente Márquez, el 26 de abril de 1829, donde las tropas federales de Juan Manuel de Rosas vencieron a las del unitario Lavalle. Y sería en El Palomar de Caseros, el 3 de febrero de 1852, en que Rosas fue derrotado por Urquiza.

Durante el régimen rosista, la población moronense continuó en crecimiento: la misma fue empadronada en dos oportunidades, de lo que resultó la suma de 2548 habitantes en 1836 y de 2786 habitantes en 1838. Entre estos se muestra una mayor proporción de agricultores que en el censo levantado en 1815: el 62,7% de los individuos empadronados en 1838 manifestó su condición de chacarero. Esta cifra atestigua no sólo el acentuado predominio del sector agrícola sino también su crecimiento, estimulado por el incremento de la población de Buenos Aires, cuya demanda de cereales iba en aumento. En cuanto a los establecimientos ganaderos, la mayor parte de los mismos quedaron relegados en extremo oeste del partido, entre Merlo y la Cañada de la Paja (General Las Heras).

La gran mayoría de los moronenses, como era usual entre la gente del campo, militaba en el Partido Federal. Fieles como eran a la figura de Rosas, rindieron un verdadero culto a su personalidad, estimulados por la propaganda partidaria impulsada por el gobernante. Festejaban el cumpleaños del Restaurador de las Leyes o sus aniversarios políticos con bailes, carreras de sortijas y asados con cuero, e inevitablemente cerraban estos festejos paseando su retrato alrededor de la plaza. Aquellos que no concordaban con la ideología oficialista eran tildados de salvajes unitarios, y generalmente fueron perseguidos y sus bienes confiscados.

Esto le sucedió, en concreto, a varios propietarios de la zona, como Mariano Castex, Fermín Rodríguez, José Timoteo Bravo y Mariano Monterroso.

El Restaurador era gran conocedor de nuestro pago, que por otra parte parece haber visitado asiduamente, ya que la parroquia del Buen Viaje se hallaba de camino a una hacienda de su propiedad, la estancia del Pino, que hoy se encuentra en el partido de La Matanza. Pero si el partido de Morón le interesaba era más bien por su posición estratégica, y mandó que se emplazaran en el mismo varias invernadas de caballos del ejército, necesitado como se hallaba de tener a mano corceles suficientes para sus emprendimientos militares. Una de dichas invernadas, provista de “regulares pastos dulces”, se encontraba en 1840 en la orilla occidental del arroyo Morón, abarcando gran parte de la actual localidad de Castelar.

Entre 1838 y 1852, el partido de Morón tuvo por juez de paz a Tomás Fernández de Cieza, hombre incondicional a Rosas. Contra lo que se ha dicho tradicionalmente, éste no tenía su centro de operaciones en el pueblito de Morón sino en el de Merlo, donde era propietario de dos casas. También poseía estancias en Lobos y en Escobar, pero no fue hasta finales de su gestión que adquirió terrenos dentro de los actuales límites de nuestro partido: en abril de 1848 compró unos terrenos de poco más de 292 hectáreas junto al arroyo de Morón, que hoy forman parte de la VII Brigada Aérea. La suerte de Fernández de Cieza estuvo curiosamente ligada al destino del Restaurador, pues murió a las pocas horas de haber sido éste, vencido en Caseros. Cuando el gobernador de Buenos Aires fue derrotado por Urquiza, en efecto, las tropas rosistas buscaron amparo en la estancia de Fernández de Cieza, y acaso para perpetrar algún tipo de venganza ataron al juez de paz a un catre y lo quemaron vivo.

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