Por resolución de Ezequiel Ramos Mejía del 18 de marzo de 1909 se designó oficialmente con el nombre de Villa Real la estación principal del ramal Sáenz Peña-Villa Luro. Esa estación dio origen al barrio que se formó a su alrededor, el más pequeño de la Capital. Esta historia empezó a escribirse en julio de 1907, cuando el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) solicitó al Congreso permiso para establecer un empalme desde las cercanías de la estación Caseros hasta el Ferrocarril Oeste entre las estaciones Liniers y Vélez Sarsfield (Floresta).
La línea comenzaba en la estación Sáenz Peña -por entonces, Empalme-, pasaba por el Paradero Km 0,720, de carácter provisorio, "parará sólo cuando haya pasajeros". Lo utilizaban los socios, un grupo de jefes y empleados, que habían fundado, en tierras del ferrocarril, el 6 de abril de 1908, el Pacific Railway Atlhetic Club, pionero del hockey sobre césped en el país. Luego seguía una curva y llegaba al Paradero Km 2, llamado José Ingenieros a partir de 1929; entraba en la Capital y bien pronto estaba la estación Villa Real, en el Km 3. Los rieles seguían entre las calles Ruiz de los Llanos e Irigoyen; a la altura de la calle Arregui estaba el Apeadero Echagüe, cruzaba el arroyo Maldonado por un puente de ladrillos y en curva hacia el Este y en 12 minutos terminaba su recorrido de 6,4 km en el lado norte del apeadero Villa Luro.
La estación Villa Real disponía de salas de señoras, del jefe, auxiliar, de espera y boletería, encomiendas, baños y la vivienda para el jefe. Estaba construida en material, con maderas y tejas Sacomán. Era de muy buena factura y estaba ubicada entre Tinogasta e Irigoyen. Había un desvío hacia un galpón, donde se descargaban fardos de pasto para los caballos de los cuarteles de Ciudadela. Inaugurado el servicio, empezaron los loteos. LA NACION publicaba: "Desde el andén de la estación se observa toda la metrópoli". Y La Prensa del 10 de noviembre de 1909: "Félix Lora remata 47 lotes, 20 trenes diarios, base $ 1,33 la vara cuadrada".
En 1937 se empieza a construir la avenida General Paz, y no podían cruzarla a nivel líneas férreas, por lo que Vialidad Nacional le pidió al Ferrocarril Pacífico resolver el cruce con un puente. Como ya no era rentable, se decidió cancelar el servicio en 1938. En 1995, la estación cayó bajo la piqueta y se construyó un complejo habitacional que ocupa toda la manzana. Hoy sólo quedan escasos restos de lo que fue la sala del cambista.
Las vías levantadas liberaron tierras, aparecieron canchas de fútbol, quintas de verdura y después loteos y nuevas viviendas en los barrios de Versalles y Villa Real. Estos ramales dejaron sus cicatrices, quebrando la cuadrícula urbana. Es probable que haciendo arqueología debajo de esos chalets aparezcan algún tornillo oxidado y corroídas maderas que delaten su pasado.
La autora es historiadora especializada en transporte. E-mail: susanaboragno@fibertel.com.ar
http://www.lanacion.com.ar
La línea comenzaba en la estación Sáenz Peña -por entonces, Empalme-, pasaba por el Paradero Km 0,720, de carácter provisorio, "parará sólo cuando haya pasajeros". Lo utilizaban los socios, un grupo de jefes y empleados, que habían fundado, en tierras del ferrocarril, el 6 de abril de 1908, el Pacific Railway Atlhetic Club, pionero del hockey sobre césped en el país. Luego seguía una curva y llegaba al Paradero Km 2, llamado José Ingenieros a partir de 1929; entraba en la Capital y bien pronto estaba la estación Villa Real, en el Km 3. Los rieles seguían entre las calles Ruiz de los Llanos e Irigoyen; a la altura de la calle Arregui estaba el Apeadero Echagüe, cruzaba el arroyo Maldonado por un puente de ladrillos y en curva hacia el Este y en 12 minutos terminaba su recorrido de 6,4 km en el lado norte del apeadero Villa Luro.
La estación Villa Real disponía de salas de señoras, del jefe, auxiliar, de espera y boletería, encomiendas, baños y la vivienda para el jefe. Estaba construida en material, con maderas y tejas Sacomán. Era de muy buena factura y estaba ubicada entre Tinogasta e Irigoyen. Había un desvío hacia un galpón, donde se descargaban fardos de pasto para los caballos de los cuarteles de Ciudadela. Inaugurado el servicio, empezaron los loteos. LA NACION publicaba: "Desde el andén de la estación se observa toda la metrópoli". Y La Prensa del 10 de noviembre de 1909: "Félix Lora remata 47 lotes, 20 trenes diarios, base $ 1,33 la vara cuadrada".
En 1937 se empieza a construir la avenida General Paz, y no podían cruzarla a nivel líneas férreas, por lo que Vialidad Nacional le pidió al Ferrocarril Pacífico resolver el cruce con un puente. Como ya no era rentable, se decidió cancelar el servicio en 1938. En 1995, la estación cayó bajo la piqueta y se construyó un complejo habitacional que ocupa toda la manzana. Hoy sólo quedan escasos restos de lo que fue la sala del cambista.
Las vías levantadas liberaron tierras, aparecieron canchas de fútbol, quintas de verdura y después loteos y nuevas viviendas en los barrios de Versalles y Villa Real. Estos ramales dejaron sus cicatrices, quebrando la cuadrícula urbana. Es probable que haciendo arqueología debajo de esos chalets aparezcan algún tornillo oxidado y corroídas maderas que delaten su pasado.
La autora es historiadora especializada en transporte. E-mail: susanaboragno@fibertel.com.ar
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